TRIBUNA
Juliano el apóstata
E l sábado, 27 de mayo, se ha celebrado en toda España, con notable éxito, el Día de las Fuerzas Armadas y con un especial protagonismo en la manchega ciudad de Guadalajara, donde bajo la presidencia de los Reyes, se efectuó una brillante parada militar, seguida por el cariño y entusiasmo de los ciudadanos asistentes a la misma.
Pues bien, uno o dos días antes, el ex teniente general y anterior Jefe del Estado Mayor de la Defensa (Jemad), Julio Rodríguez, se declaraba antimilitarista y se unía al boicot declarado por Podemos, partido político al que pertenece, al citado Día de las Fuerzas Armadas. «Cosas verás amigo Sancho», le decía el caballero a su escudero... Efectivamente es para asombrarse que un tipo que ha servido durante más de 42 años, en exclusiva, a la milicia, de la que ha recibido todo tipo de honores y distinciones, se declare ahora, abiertamente antimilitarista, a mi juicio, solamente puede ser tachado de farsante o de hipócrita. Con toda seguridad que no renuncia a su pensión de general de esa milicia a la que dice abominar, ni a la figura de su padre, honorable y leal militar.
El heroico general también nos cuenta en estas declaraciones que se afilió a la formación «morada», para que los integrantes de la misma no fueran considerados ‘perroflautas’. Pues que bien. Ahora Podemos cuenta con un perroflauta de cinco estrellas y multicondecorado, aunque luego electoralmente su aportación ha sido nula, fracasando en 2015 y 2016 en sus intentos de ser elegido diputado.
En sus declaraciones afirma, sin pestañear, que se debería cambiar el Día de las Fuerzas Armadas, ya que éste es un sustitutivo del Desfile de la Victoria de Franco sobre la República. (No podía faltar Franco). Y esto lo dice un ‘militar’ que en 1969 se gradúa como teniente, jurando lealtad al Jefe del Estado y fidelidad al Movimiento, al que Franco condecora y a cuyas ordenes participa en las operaciones de combate en 1974 y 1975 en el Sáhara. El general Rodríguez, que ahora parece abominar de Franco y sus desfiles, perdió la oportunidad de hacerlo, como hicieron otros compañeros suyos desde la UMD (Unión Militar Democrática), grupo creado dentro del Ejército para combatir la Dictadura. Pero no lo hizo. Eso sí, después de 30 años de la muerte de Franco y como Jemad en el Gobierno de ZP, ordena destruir en todas las instituciones militares cualquier vestigio del régimen anterior. ¿Mala conciencia?
En los medios, en los mentideros y entre sus antiguos compañeros se le conoce como ‘Julio el rojo’. Yo propondría que le apodaran ‘Juliano’, al igual que su tocayo Flavio Claudio Juliano, Emperador de Roma que en el 361 d.c. renegó públicamente de su fé cristiana para combatirla, declarándose pagano, lo que le valió el apodo de ‘Juliano el Apóstata’. El general Rodríguez se ha ganado a pulso lo de ‘apóstata’.
El día 2, los rey Felipe VI y el rey emérito Juan Carlos I presidieron los actos del 300 aniversario de la Escuela Naval Militar y a bordo del patrullero Tornado pasaron la revista naval. ¿También pensaba el general Rodríguez boicotear este acto? Yo creo que no. Sabe de sobra el ‘apóstata’ que el actual Ejército español no es el Ejército franquista que el denuncia. Sabe que es un nuevo y distinto Ejército, para una Nación también distinta.
Me sumo a lo dicho por el presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García Page, quien opina que nuestras Fuerzas Armadas son nuestros mejores embajadores en el mundo o a lo dicho por nuestro alcalde, Antonio Silván, quien asegura que «los Ejércitos españoles son la raíz de la que brota nuestra libertad».