TRIBUNA
¿Tienes un minuto? ¿No? Que tengas buen día
¿ Cuántas veces los ciudadanos de León y de otras ciudades españolas hemos sido interrumpidos por unos jóvenes, chicos y chicas, que con todo el ánimo del mundo intentan convencernos, por ejemplo, de que colaboremos asiduamente con la Asociación Española Contra el Cáncer? Seguramente muchas.
¿Hemos pensado la ilusión, el ánimo, la simpatía que estos jóvenes ponen en conseguir esa ayuda para la investigación de cualquier enfermedad maligna? Creo que pocas veces.
El mayor por ciento de veces los ilusionados jóvenes se ven superados por la prisa del viandante, que va a lo suyo, que va ligero, que acude a una cita y que, seguramente, en otro momento se detendría, escucharía al joven y colaboraría en esa buena acción. Pero ahora no. Es una lástima.
Quiero dedicar esta Tribuna de hoy a esos jóvenes, ellos y ellas, que dan un ejemplo de empuje, de aguante, de no descabalgarse de esa sonrisa, de ser super amables, de estar dispuestos a llamarnos en cualquier otro momento (he sido testigo de ello), en fin en reconocer que esa labor que parece que pasa desapercibida, pues quiero gritar que no, que lo que hacen esos chicos y chicas es admirable y, por cierto, muy difícil de hacer.
Pero a ellos no les importa ver pasar gentes a toda velocidad e intentar parar esos trenes, mirarles a los ojos y decirles; ¿tienes solo un minuto? No. Es igual, que tengas buen día.
Qué ejemplo nos dan cada día que les vemos en su «lucha» particular para encontrar el corazón de la gente.
Cuando estamos hartos de presenciar gentes de esas edades, mal vestidos, mal lavados, mal hablados y bien bebidos y bien «fumados» supone un chorro de aire fresco encontrarse con estos pequeños gladiadores de las buenas acciones que están dispuestos a desarrollar su labor, en plena calle, y, como digo, con una sonrisa alegre y limpia.
Me pregunto, cuál será su cansancio cuando decidan terminar su jornada y se sienten a recuperarse de todo el día buscar la complicidad del que pasa por la calle. ¡Qué meritazo!
Muchas veces he pensado que las compañías que se dedican a contratar a gente para trabajo temporal deberían fijarse en esta gente, desde el punto de vista de la dedicación, entusiasmo e ilusión en lo que hacen. Seguro que muchos de los que recomiendan estas empresas no alcanzan esos niveles de «querer hacer algo con alegría».
Las ONG dan prueba de que saben lo que quieren. Poner un mensaje dirigido al gran público que está en la calle y va de un lado a otro haciendo su trabajo sencillamente dando un paseo, poner ese mensaje en boca de estos héroes de la calle, quiere decir que se domina la psicología.
No sé si es mas reconfortante, más bonito, aceptar la sugerencia de estos jóvenes y ayudar a la ONG, determinada, o ver la cara de felicidad, fe-li-ci-dad que ofrecen esos chicos y chicas cuando el transeúnte ha dicho si y pueden decir que han conseguido un objetivo.
Es cierto que la felicidad esta hecha de cosas pequeñas, de acciones pequeñas, de logros pequeños. Cuando todo eso aumenta de tamaño, suelen ser negocios por no seguir más allá.
Hablando con estos jóvenes un minuto, como dicen ellos, constituye primero un acto social bueno, después, dar una alegría a una ONG que está siempre esperando la amabilidad y la generosidad de la gente y, desde luego transmitir una autoestima al joven que, en ese momento nos está explicando su propuesta, que eso no tiene precio.
Cuando veamos a esa animadísima gente querernos parar por la calle, hagamos un esfuerzo. Si no es un minuto serán cinco, es igual y si no podemos démosles una sonrisa de reconocimiento que para ellos será mucho más importante de lo que imaginamos.
Chicos, mucho ánimo y muchas gracias por estar ahí. Lo que hacéis es transmitir vida, ¿cómo no va a ser importante lo que queréis ofrecer?
Los cazatalentos españoles tienen un filón en esos chicos y chicas. Efectivamente hay otra juventud. Ésta, siempre sonríe.