Con la vista puesta en 2019
E n ausencia de competidor, el socialista Luis Tudanca ha sido proclamado de nuevo secretario autonómico del PSOE, cargo en el que será refrendado en el congreso a celebrar a mediados de mes en Zamora. Desmembrado el frente susanista que aspiraba a desalojarle, Tudanca consolida su baronía y, salvo cataclismos, será el candidato socialista a la presidencia de la Junta en las elecciones de 2019.
Cada vez más remota la posibilidad de otras elecciones generales anticipadas, la doble cita con las urnas de 2019 —municipales y autonómicas— es ya cuestión prioritaria para todos los partidos. Sin ir más lejos, el propio Tudanca aprovechó el pasado debate parlamentario sobre el estado de la Comunidad para esbozar una serie de propuestas que sin duda suponen un adelanto del futuro programa electoral socialista. Incluso las agrupó bajo un epígrafe, «Una alternativa decente para Castilla y León», que bien pudiera constituir el eslogan de la larga precampaña electoral que nos aguarda.
En el Partido Popular la bicefalia ha traído consigo un claro reparto de papeles. Juan Vicente Herrera agotará su mandato en la Junta siguiendo la hoja de ruta trazada al inicio de la Legislatura, aunque en el camino que resta asoman crecientes dificultades. Ni en el guión estaban los casos de corrupción que han irrumpido en la agenda política de la comunidad, ni Ciudadanos podrá seguir siendo tan condescendiente con su gobierno, al que ha sacado las castañas del fuego cada vez que lo ha necesitado. A estas alturas se da por completamente descartada cualquier reforma del Estatuto de Autonomía y se ha puesto muy cuesta arriba la aprobación de los mapas rurales de la Ordenación del Territorio, una de las grandes apuestas del gobierno Herrera.
Vicisitudes de gobierno al margen, si en el PP alguien tiene fijadas sus miras en 2019 ese es obviamente el presidente del partido y virtual candidato a presidir la Junta, Alfonso Fernández Mañueco. Además de mantener el gobierno de la comunidad, Mañueco tiene el reto de recuperar el importante terreno perdido en el ámbito municipal, en el que el PP añora las mayorías absolutas que en otro tiempo tuvo. A esa faena se han puesto de inmediato las direcciones elegidas en los nueve congresos provinciales del partido.
Y en lo mismo está Podemos, que en 2015 no compareció con su marca a las elecciones municipales, limitando su presencia a una minoría de ayuntamientos, bien a través de candidaturas instrumentales o dentro de plataformas ciudadanas más amplias. Aunque faltan casi dos años, todos trabajan ya con la vista puesta en 2019.