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Publicado por
Ernesto Escapa
León

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Viñayo esconde en su nombre la significación monástica de vino sagrado, y en su historia una comarca que Badiola sitúa en el bajo Luna, limitándola al territorio del actual municipio de Carrocera. Un espacio que se extiende desde el piedemonte de la cordillera, dividido en valles por peñas, colladas y lomas de tierras ásperas, hasta las vegas que arropan la amplitud del valle del río Torre, rebautizado como Otero en su entrega al Luna por la caprichosa cartografía de Fomento.

Hasta mediados del siglo diecinueve, la comarca de Valdeviñayo fue señorío del marqués de Camposagrado y estuvo formada por los diez pueblos del municipio de Benllera, del que se segregaron en 1855 Tapia, Rioseco y Espinosa. En ese momento se parceló también su dominio del santuario de Camposagrado, en el que se reserva cada municipio una puerta. En 1875 pasó la capital del municipio de Benllera a Carrocera.

Ayer se estrenó en Viñayo la segunda semana cultural, organizada por la asociación El Codojal, con el pregón del poeta Antonio Gamoneda y una exposición del pintor Manuel Sierra. Una tabla de lavar es el icono de la asociación, que dedica esta segunda semana de actos en homenaje a la mujer rural. El Codojal era el pozo al que acudían a lavar las abuelas de Viñayo, que fue pueblo minero. Allí, además de lavar la ropa, se compartían agobios e ilusiones, tristezas y alegrías, dificultades y confidencias. De ahí el rescate del nombre para bautizar la asociación surgida en el invierno de 2015. Porque no son fáciles los espacios de encuentro en los pueblos menudos de nuestra montaña vacía y despoblada. Y eso que Viñayo tiene el privilegio de contar con El Piñueco, un bar de gestión siempre acogedora y cómplice para las actividades culturales al aire libre.

También cuenta Viñayo con las mujeres más dinámicas de mi comarca, siempre implicadas en actividades culturales, solidarias o de senderismo. Sólo ellas mantienen la tradición de acudir andando a la rogativa comarcal de Camposagrado y recorren las rutas de senderismo del contorno, sin privarse de excursiones más distantes a la costa asturiana, a Picos de Europa o a las exposiciones de Las Edades del Hombre. Pero antes han subido al palo de Luna, en la Peña de Portilla, y recorrido las sendas casi perdidas y olvidadas que conectan Piedrasecha con Cuevas de Viñayo o Gordón con Santiago de las Villas.

Música, charlas, recitales poéticos y artesanías integran el programa, en el que sobresalen las actuaciones musicales del jazzista José Luis Gutiérrez, los grupos de folk Rivendell, Gritsanda y Aires del Bernesga, el cuentacuentos de Mercedes González Rojo sobre El gato maragato y la lectura poética de Nuria Antón, para rematar los actos con una cena de confraternidad.

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