cartas al director
La Dra. Eva García Alonso
A los 57 años acaba de decirnos un «hasta luego» una médico que dibujaba un perfil de persona muy especial. Los que la hemos conocido de cerca no dudamos en considerarnos afortunados. La conocí, ya hace unas décadas, cuando comenzó la Residencia en nuestro Servicio de Medicina Interna del Hospital de León. Comprobé que, junto a su interés por formarse bien, su carácter se iba puliendo como si siguiera el lema de anteponer, a otros lógicos posibles intereses, el servicio a compañeros y enfermos, consiguiendo así la clave para resolver, sin demasiados esfuerzos, situaciones ordinariamente complicadas. Pienso que ese mismo lema hacía crecer su disposición a seguir a los pacientes hasta el límite que lo necesitaran, aún a costa del natural cansancio de las guardias, o de horas extras, envuelto en un talante de no darse demasiada importancia.
Era notorio su carácter acogedor. Así, sabía, por ejemplo, quitar todo asomo de importancia a los inconvenientes que, como todo roce en la convivencia, le pudiéramos ocasionar y, sin embargo, se prestaba con gusto a escuchar preocupaciones de los demás. Sobresalía en ella de forma natural el saber crear un ambiente en el que se estaba muy a gusto, envuelto por su carácter marcadamente asturiano, que con su deje, lo hacía simpático y atrayente. No me cabe duda de que la Providencia nos regaló una compañera ejemplar, que llegó a ser una estupenda mezcla de profesionalidad y cercanía amable, tan necesaria en la medicina, y que deja una huella profunda en los que la conocimos.
Juan Llor Baños. Adjunto Medicina Interna. Hospital de León
A Pedro García Trapiello
A gradecer al Diario de León esta posibilidad que me da para expresar mi reconocimiento y el de muchos lectores a su colaborador Pedro Trapiello. Esa persona que desde su columna de contraportada en el Diario y de forma coloquial y cercana nos describe un retazo de la actualidad del día a día, hechos, escenas, que nos hacen soñar e imaginar, con sus pinceles de palabras. Y que no sabríamos estar sin ellas, cómo no podemos pasar de ese café que nos exige el cuerpo al levantarnos. Tendemos a ver normal y natural lo cotidiano, sin darle el valor que tiene, hasta que nos falta.
Y Trapiello es por derecho el cronista de nuestra ciudad, el notario de nuestros pecados. Pienso que sí hubiera sido pintor, sería El Bosco, por diferente, por único. Y si hubiera sido poeta sería Baudelaire, por su fina ironía, por su sátira social.
Pero afortunadamente,es Pedro Trapiello, escritor y periodista de ingenio, hombre de bien, paisano nuestro y más leonés que el ‘Arrimate p’allá’.
Salud y larga y fecunda vida Pedrín y nosotros... que lo leamos.
Francisco S. Román. león