Miscelánea

H an querido nublar nuestro pasado, borrón y tabla rasa, anegar de silencio la luz de la memoria (Ramón García, poeta). Joaquín Forn. A veces las apariencias engañan y no es bueno juzgar por ellas, pero hay personas que a primera vista nos parecen poco recomendables. Así me ocurrió, cuando el 14 de julio, junto a su nombramiento como consejero de Interior de la Generalidad de Cataluña, los medios de comunicación publicaron la fotografía de Joaquín Forn Chiariello, alias «Panchito Forn», medio catalán medio ecuatoriano, hombre considerado firme y duro, convertido en la cara (dura) y desagradable de la Generalidad y según los que le conocen poco educado y con ningún sentido del humor, y al parecer «mentirosillo», al negar que los Mozos de Escuadra recibieran un aviso de los graves atentados que se preparaban en Las Ramblas de Barcelona. Nada más ver su foto, se me encendió una luz que decía: «Lombroso, Lombroso».. pues Cesare Lombroso, profesor de Medicina Legal y científico criminalista que en el siglo XIX desarrolló una teoría que define a un posible delincuente por sus rasgos físicos, asimetrías craneales, forma de la mandíbula, orejas, arcos superciliares, etc, etc.

Parece que Lombroso tenía alguna razón por lo que a Forn se refiere, pues en este momento es un «presunto» delincuente, acusado de prevaricación, desobediencia al Tribunal Constitucional y malversación de caudales públicos.

Martín Villa. La Juez Federal del Juzgado nº 1 de Buenos Aires, de 80 años de edad. ¿En Argentina no se jubilan nunca?, amiga y conmilitona de nuestro Baltasar Garzón, María Servini, sigue empeñada en empurar a nuestro paisanos Rodolfo Martín Villa y Fernando Suárez, dice que por delitos de «lesa humanidad» cometidos durante el régimen anterior (franquismo). Es inasequible al desaliento y al odio que la embarga, pues sabe de sobra que el Gobierno de España la ha comunicado en reiteradas ocasiones que sus demandas no son procedentes toda vez que está vigente la Ley de Amnistía de 1977 y que si hubiere algunos delitos, que yo no creo, los mismos habrían prescrito.

Coincido plenamente con mi buen amigo Fernando Suárez, quien asegura que esto, como otras cosas, forma parte de un odio al adversario, en un intento más de buscar una infame revancha, en un intento de desprestigiar y deshonrar a intachables gobernantes que en el pasado trabajaron con decencia por el desarrollo de su país.

Esta magistrada, justiciera y pototera, podría abrir una causa general, por ejemplo a los asesinos del FRAP, ¿se acuerdan? o a los de ETA o Terra Lleure o a otros de parecido pelaje. Pero eso no interesa. Esta señora, que presume de ser partidaria de la «justicia universal» debería interesarse por el procesamiento por corrupción de sus amigos el expresidente de Brasil Lula da Silva o de Dalma Rousself en Chile, y por tenerlo en casa, sobre las imputaciones de su compatriota, la expresidenta Kirchner por el atentado antijudío de 1994, o la extraña muerte de sus colega el Fiscal Nisman, caso sin resolver por la Justicia Argentina y tampoco estaría de más que se preocupara del genocidio chavista en Venezuela,en el cual y según la ONU han muerto mas de 400 persona en manifestaciones callejeras. Pero no, lo que interesa es Martín Villa. Y empleando el lenguaje jurídico, otro si digo.

Continúan los daños colaterales de la torticera Ley de «desmemoria histórica»,esa que Rajoy prometió derogar, pero ojos que te vieran. En esta ocasión va de profanaciones. Desarrapados terroristas de grupos antisistema e hispanófobos, se han empeñado en destrozar tumbas y panteones donde reposan restos de falangistas,soldados,o requetés, con absoluta impunidad y últimamente en el Cementerio de La Almudena contra el mausoleo de la División Azul o el de los de «fascistas de la copla y el cante» Lola y Antonio Flores o el de Calvo Sotelo, primero lo asesinan y ahora profanan su tumba.

Se les debería aplicar a los autores de estos desmanes el articulo 526 del Código Penal que castiga con prisión a los autores de actos como los descritos. Como decían Tip y Coll otro día hablaremos del Gobierno y... del 155.