Arraigo
En el panorama nacional, una crisis cerrada en falso y un marco político e institucional inestable que puede tener graves consecuencias para la economía. En el escenario local, varias señales de alerta que no se escapan del ojo del experto, más allá de los parabienes que puedan cosechar entre quienes no tenemos tanta base como para ver más allá de lo obvio. Es parte de la disección que ayer realizó la decana del Colegio de Economistas de León, y que pone en evidencia que el crecimiento y el futuro por el que nos estamos felicitando puede tener pies de barro.
Precisamente en el barro, en el de la agricultura, sigue estando uno de los grandes potenciales de futuro de la economía leonesa, en opinión de González Rabanal. Siempre que apueste por la diferenciación y los mercados sepan pagar la calidad. Una palmada de ánimo en el hombro de un sector que vive un año negro, que se suma a muchas cosechas de menosprecio y menos precios.
Y está también la industria, el único sector que crea empleo estable y proyectos a largo plazo. Y ahí se pone de manifiesto la agudeza de quien ve la economía con objetivo de ojo de pez. León tiene puestas enormes expectativas en los sectores emergentes y florecientes de la biotecnología y las nuevas tecnologías, además del recién incorporado universo logístico. Muy bienvenidos sean. Y por muchos años se queden aquí creciendo y generando inversión, investigación y empleo de calidad. Pero, advierte la economista, no hay que olvidar que los cerebros empresariales donde se toman las decisiones de estas iniciativas están (salvo históricas empresas) muy lejos de la provincia. Sus decisiones, por tanto, pueden estar en algún momento lejos de los intereses leoneses.
Quedan los servicios. El gran cajón de sastre donde todo cabe. Pero que depende, como se ha puesto en evidencia en los últimos años, del ahorro y de la confianza en la economía. El consumo, como todo lo que tiene que ver con el dinero, es miedoso. Muchas esperanzas están puestas en el turismo, que en opinión de la decana «navega sin rumbo» detrás del beneficio rápido. Cortoplacismo es lo que menos necesita la base del futuro económico.
Un repaso en toda regla a los pilares de la economía provincial que invita a la reflexión y urge la acción. Que revela, en fin, que todo lo que no esté arraigado en la tierra y en las gentes tiene la consistencia del junco frente a los vendavales. Reflexionemos.