EDITORIAL | Esperas médicas con más claridad y sin conformismo

Las estadísticas facilitan múltiples lecturas. Es una realidad que se hace patente con las declaraciones que realizan partidos, patronales o sindicatos de manera recurrente con balances como el de los inscritos en el desempleo que se publica cada mes. El juego frecuente consiste en escoger el contraste de datos que mejor se ajusta a las necesidades o deseos. La Junta facilitó ayer los últimos recuentos de las lista de espera médicas de la Comunidad, y lo hizo comparando los números con los de hace un año. Se esquivó que las cosas son peores que hace tres meses, fecha en la que se había difundido el último informe. Así se dio a conocer una reducción de las esperas en 4.546 personas —en el conjunto de la Comunidad— pero que se convierten en una subida de 1.503 si se opta por el análisis trimestral y no por el anual. Una jugada propagandística que no parece nada apropiada para un campo tan relevante y tan sensible como es el sanitario, en el que sería importante que se objetivasen esas estadísticas para evitar confundir a la ciudadanía.

Y lo ocurrido tiene, si cabe, un peor encaje porque encubre un cierto afán conformista, cuando las listas de espera son un problema que la sociedad nunca puede dar por admisible. Que un paciente tenga que aguardar durante más de dos o tres meses por una intervención sigue siendo un exceso que reclama una mejor gestión de la sanidad. Tras tantos planes de choque y anuncios de soluciones resulta sorprendente que la situación se mantenga en el tiempo con simples altibajos trimestrales.