La memoria ignorada de la Vasco
No todos los restos del pasado, aunque sea muy reciente, deben ser conservados. Pero al menos merecen una reflexión sobre lo que significan, lo que han sido y lo que pueden llegar a ser. La minería de interior de la Hullera Vasco Leonesa acelera su proceso de desmantelamiento en silencio, sin que se haya llegado siquiera a plantear si parte de su legado debe ser catalogado o protegido.
Quizá precisamente en silencio para evitar ‘interferencias’ que distraigan el aprovechamiento del cielo abierto (la ‘destroza’) mientras la desmembración de la histórica compañía se ejecuta por parte de la administración concursal. Según los proyectos planteados, recortados y aprobados al fin por las administraciones competentes.
Silencio también por parte de quienes han vivido de la mina, dentro y fuera de los pozos. Los expertos en preservación del patrimonio industrial consideran que, a parte de valorar la necesidad de la conservación y establecer las funciones futuras de los restos del pasado y a quiénes corresponde mantenerlos, el legado cultural de un modo de vida de toda una comarca debe de ser defendido sobre todo por sus habitantes. En el caso de la Vasco tampoco está siendo así. El espíritu reivindicativo se esfumó con los puestos de trabajo y los salarios, pese al interés que pudiera tener el análisis de las posibilidades de dinamización del pasado minero (ya hubo proyectos anteriores, también enterrados en el olvido de los pozos).
Al final, los vestigios visibles de más de 120 años de empresa están liquidándose sin contemplaciones. No puede ser que más de un siglo de vida y de riqueza de toda una comarca tenga que ser despedido sólo como un abandonado montón de chatarra que se sacuda de encima al peso.