Más competencia para las farmacias

El anuncio de que Amazon podría entrar en el mercado de venta de medicamentos con receta (ya vende fármacos que puedan administrarse sin prescripción) vuelve a abrir el melón del sistema farmacéutico, no sólo en nuestro país sino en todas partes. Básicamente, además de los sistemas liberalizados, hay cuatro modelos: el sueco, en que la titularidad de las farmacias es estatal (como las notarías, por ejemplo); el nórdico y anglosajón, en que las grandes cadenas pueden ser propietarias de oficinas de farmacia (no hay relación entre propiedad y titularidad); el italiano-portugués, en que el farmacéutico puede ser propietario de hasta cuatro oficinas de farmacia, y el español, en que se mantiene relación titularidad-propiedad. Francia, que funcionaba como España, se ha adherido hace poco al modelo italiano-portugués.

El sistema español se encuentra en un débil equilibrio: la autorización a vender otros productos además de fármacos ha permitido que se mantengan abiertas farmacias cuasi deficitarias, con la particularidad de que el precio medio de una licencia ha vuelto a subir: hoy está en 525.000 euros frente a 300.000 en 2014. Y la pregunta que debería formularse es de índole práctico: ¿funciona bien nuestro sistema? En las zonas con menor población las farmacias precisan apoyo para seguir abiertas.