EDITORIAL | Un decreto ideado para defender una pesca sostenible y deportiva
El Consejo de Gobierno aprobó el decreto por el que se regula el reglamento de pesca de Castilla y León y que desarrolla y concreta múltiples aspectos tan importantes como licencias y permisos, entre ellos los denominados permisos turísticos, las asociaciones de pescadores, la tipificación de los cotos, el fondo para la gestión de la pesca, los cebos o las artes, la pesca sin muerte y los horarios en los que se puede practicar esta actividad, los vigilantes de pesca y el registro de infractores.
En una primera lectura llaman la atención la creación de cinco tipos de licencia (ordinaria, infantil, bonificada, turística e interautonómica), al margen de la ordinaria, la más habitual, y la reducción del 50% del coste del permiso para la pesca sin muerte. Es decir, por un lado se regulan por primera vez los permisos turísticos, reservados a empresas del sector y que tienen por objeto contribuir al desarrollo de áreas rurales. Y, por otro, se fomenta el respeto al medio natural, no sólo con la preservación de las especies, sino también a partir de programas formativos ideados para pescadores noveles que se desarrollarán en las aulas del río, en los que se priorizará la formación en comprensión de los ecosistemas acuáticos, la iniciación en la pesca recreativa, el adiestramiento en métodos de pesca sin muerte y el conocimiento de las características y problemáticas de los ríos. En definitiva, se pretende formar a los pescadores en una pesca sostenible y deportiva. El decreto permitirá además que los ingresos derivados de las licencias y los permisos puedan reinvertirse en la mejora de los ríos y de la pesca. Y eso en la provincia de León, con 3.000 kilómetros de ríos y una gran riqueza piscícola, tiene una especial incidencia.