TRIBUNA
La Inmaculada Concepción y el milagro de Empel
M uchas personas saben que la Inmaculada Concepción es la patrona del arma de Infantería del Ejército Español; casi todas, diría yo, entre las de cierta edad. Lo que quizá no conozcan es la razón por la que lo es. No recuerdo exactamente cómo lo averigüé yo, pero cuando lo hice, sentí una emoción que creo que debe ser compartida en este 8 de diciembre.
Aunque ‘Está en Internet’, según escribió Emilio Gancedo, el 20 de marzo de 2017, en la sección Marinero del río del Diario de León, me tomo el atrevimiento de hacer una breve síntesis de la historia, no sin antes señalar que el artículo del Sr. Gancedo está expuesto en el tablón de anuncios del Laboratorio de Física de la Escuela de Ingeniería Agraria y Forestal de León, para que mis alumnos de Fundamentos Físicos de la Ingeniería no lo olviden, y sobre todo, sepan utilizar convenientemente los recursos tecnológicos, especialmente Internet, porque en ocasiones es, para algunos estudiantes, la única referencia y no estoy del todo seguro de haberles convencido de que no debe ser así.
Vamos pues, con la apasionante historia del ‘Milagro de Empel’, que con esas palabras es como, por ejemplo, puede empezarse la búsqueda en la Red.
Los hechos ocurrieron en la noche del 7 al 8 de diciembre de 1585, en el lugar conocido como Empel, al lado del río Mosa, cerca de la localidad en la que nació El Bosco: s-Hertogenbosch, en Holanda, en el marco de la guerra de Flandes.
Los tercios españoles habían quedado cercados por el ejército protestante holandés en el montículo de Empel. Solicitada la rendición por parte del mando enemigo, fue rechazada contundentemente por el español, por lo que el primero ordenó abrir las compuertas reguladoras del río Mosa para con ello, facilitar el ataque definitivo de los holandeses.
En el repliegue español, mientras un soldado cavaba una trinchera, encontró una pintura flamenca que representaba a la Inmaculada Concepción. El almirante español, Francisco de Bobadilla, convenció a las tropas de que se trataba de algo sobrenatural, lo que elevó su moral. En la madrugada del 8 de diciembre, un viento helado congeló las aguas del río Mosa, lo que permitió a los españoles salir de la angustiosa situación en la que se encontraban y andando sobre la superficie helada de las aguas, rompieron el cerco y atacando a los holandeses los pusieron en retirada, infligiéndoles una inesperada derrota.
El hecho histórico es incontrovertible para el general de brigada José María Sánchez de Toca y Catalá, doctor en Historia por la Universidad Complutense de Madrid.
En la iglesia de Empel hay al menos dos placas conmemorativas: una, redactada en el idioma local y en español, y otra, en la que se lee: 8 december 1585. Wonder Van Empel. 8 december 2000 Kapel onze lieve vrouw van empel.
El pintor Augusto Ferrer Dalmau, miembro de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, ha hecho un cuadro que representa a los soldados españoles desfilando, después de la batalla de Empel, con el milagroso cuadro de la Inmaculada Concepción. «Es una de las pinturas de las que me siento más orgulloso», declaró a su amigo el escritor Arturo Pérez Reverte, el 1 de febrero de 2017, en el curso de un encuentro que tuvo lugar en el Museo Reina Sofía, organizado por ABC y la fundación Mutua Madrileña.
Espero haber suscitado el suficiente interés para que el lector se sienta animado a profundizar en el tema, indagando siquiera en la red para así ampliar, con la documentación que merece, tan importante milagro de Nuestra Señora, uno entre los muchos a Ella reconocidos, pero también, uno de los más cercanos a la Historia de España.
No se sentirá defraudado cuando lea lo que dijo el almirante holandés tras la derrota...