EDITORIAL | Limitar el ruido es una necesidad para preservar los derechos de todos
El nuevo mapa del ruido de León genera una excelente noticia para sus vecinos. El nivel general en la ciudad ha bajado con respecto a las mediciones de 2012. El mayor generador de este problema en la ciudad son los vehículos y el rediseño de las arterias de circulación, con más rondas, ha logrado un retroceso en las molestias acústicas a lo largo del último lustro.
Pero el conflicto mayor sigue muy presente en el corazón de la capital. La llamada zona ZAS (acústicamente saturada) no mejora su situación e incluso amplía sus problemas hacia su entorno, porque el conflicto de las áreas con mayor volumen de locales de hostelería y de ocio se ha ampliado a lo que se había calificado como zona de respeto —un perímetro de 50 metros con menores limitaciones a la hora de abrir negocios—. El Ayuntamiento deberá realizar ahora un estudio más detallado en la parte antigua de la ciudad. Y con esa herramienta se avalará la necesidad de limitar la apertura de más bares en áreas como el barrio Romántico y el entorno del Mercado del Conde. El castigo al que se sometió a los vecinos del Barrio Húmedo tuvo un efecto evidente con una despoblación generalizada. El Ayuntamiento debe evitar que se repita este fenómeno en más zonas de la parte vieja.