Fuero, parlamentarismo, gastronomía y el presidente Rajoy

N o bien hubo pasado el 2010, el año en el que debíamos haber celebrado a todo ritmo triprovincial (regional leonés) efeméride tan señalada como el 1.100 aniversario del nacimiento del Reino de León, dejé escrito y publicado en este medio una Tribuna de despedida: «Adiós 1.100 aniversario te vas para no volver…», ¡Qué poco aprendimos!

Hoy, para el Fuero que te quiero Fuero, el de un reino, el de León, a un milenio de su promulgación, he de repetir el lamento ante la programación encorsetada municipal, mucho me temo que a demanda de la Junta autonómica. El Ayuntamiento de la capital cuando tomó a su cargo la centralización y celebración, soslayó la proyección regional, hoy heredera constreñida del reino, pero sin imagen por cuestión autonómica.

¿Le competía al Consistorio? Como sede real que fue y teniendo en cuenta lo legislado entonces ceñido a la capital, es evidente que sí. ¿De quién partió la idea de rebajar el rango de la programación a la municipalidad? ¿Acaso en el consistorio no eran conscientes de que se estaba privando del derecho de compartir la celebración a ¡todos! los ciudadanos de la región leonesa? ¿Hubo invitación? ¡Ay, el olvido!

Nuestra Diputación de León debió tomar a su cargo la iniciativa territorial triprovincial conmemorativa; pero con tiempo (documentados avisos hubo para ello) y entrar en contacto con las otras dos diputaciones, Zamora y Salamanca, propiciando encuentros, oír propuestas y tomar acuerdos conjuntos. ¿O no somos leoneses todos?

No vale como disculpa eso de que hay un estamento superior, en alusión a la Junta, que debía acometer, mediante las que consideran fundaciones culturales, un programa generoso de festividad a compartir, y dar a conocer «al mundo».

De sobra es conocido que al ente le resbala todo lo leonés, y lo castellano no sólo le adelanta en el nombre, sino que somos como un añadido al que hay que aquietar y subsumir.

Lo del inicio del parlamentarismo en León, algunos leoneses bienintencionados lo han defendido en el tiempo con sus actuaciones literarias, gráficas, vídeos etc., y culminó en la Unesco, mediante un muy bien documentado dosier elaborado por Rogelio Blanco, para que se nos otorgara a los leoneses la consolidación histórica de iniciación parlamentaria en 1188. A partir de ahí era por todos sabido que adelantaba a Gran Bretaña (1215) menos por el señor Rajoy, quien, tirando de generosidad ajena, falacia política, o desconocimiento histórico imperdonable, intentando halagar a los dirigentes políticos ingleses de hoy, les devuelve de palabra el grato orgullo de la primacía parlamentaria que el organismos mundial nos había reconocido a los leoneses en 2013, borrando la ‘omertá’ que la anulaba.

Las palabras del presidente del Gobierno de la nación encerraban, cuando menos, desconocimiento, dado que, si conllevaran maledicencia, la vejación histórica patrimonial leonesa no podía ser perdonable. Alertado por Silván, se propone rectificar.

Claro que la Junta autonómica, «olvidando», no se queda a la zaga. Todo lo que venían silenciado respecto a las Cortes de 1188 como iniciación parlamentaria, al reconocerlo la Unesco empiezan a manejarlo como si fueran nuestros valedores, cuando son nuestro verdugo histórico. Ellos, los que nos «organizan» fiestas y conmemoraciones alicortadas, ¿qué le han dicho al señor Mariano Rajoy? ¡Nada!, ¡lo leonés va de segundón!

Termina el año del Fuero, y empieza en la capital especialmente, y en la provincia, el año gastronómico, nuestros restauradores, comerciantes del ramo y otros, estarán a la altura pertinente, y la autoridad municipal ya ha anunciado que será muy celosa de su «programa»: «León, Manjar de Reyes», vigilando y aunando el sector para que todo vaya bien. Mas, no se nota deseo de compartir entre las fuerzas políticas del Consistorio.

De momento toca esperar a ver como degusta lo nuestro Rajoy, quien, tras su equivocación británica, viene a León invitado por el alcalde, a lavar sus palabras con algún caldo con D.O., espero que leonés.

Ya es oficial. Este fin de semana pudimos leer una carta que envió a los medios, no sólo exculpatoria, que era imprescindible, sino cargada de «saberes históricos», notorios en demasía ocasional en la misiva, que nuestra edil de Cultura, y profesora de historia, podría haber elaborado aún a ojos cerrados.

¡Ah!, hay un tercer mensaje cargadito de halagos: «somos los leoneses los mejores haciendo patria», y muy buenos en biotecnología, en ciberseguridad… y al parecer bien dotados de AVE; y por tal vía vendrá a León capital. ¿Se le olvida el agravio autonómico? ¿Qué sabe de Zamora, Salamanca y León, de la Región Leonesa?

Claro, el señor Silván no se habrá acordado de «apuntarle» que los leoneses, los halagados herederos del parlamentarismo, seguimos reivindicando nuestro derecho constitucional triprovincial, regional leonés, a autonomía diferenciada. ¡Ahí tenía que haberse esmerado informativamente el regidor! Nuevamente nos dejan solo al pueblo llano…