EDITORIAL | León y el punto de inflexión para la empresa y el emprendimiento
Aumenta un 0,2% la creación de empresas (245 de las 161.264 existentes, el 5% del total nacional), se incrementan un 10,3% las ventas, mejoran un 2,5% los resultados económicos, aumenta un 4,9% la inversión y se optimiza la rentabilidad económica (4%) y financiera (5,2%). Son las cifras y porcentajes que radiografían la situación de la empresa en Castilla y León, según un exhaustivo informe de España Duero. Datos que, traídos al terreno más próximo, vienen a ratificar la información avanzada el pasado día 13 por este periódico en el sentido de que las 31.427 existentes en León suponen el 19,5% de todas las de la comunidad autónoma. De ellas, 111 (13,5%) son líderes, 87 gacelas (20,8%), es decir, de rápido crecimiento, y 61 (14,6%) de alta rentabilidad.
Es evidente que el dinamismo emprendedor se ha acentuado en los últimos meses en la provincia de León. A pesar de las dificultades que atraviesa la economía local, o quizá precisamente por esa misma razón, la creación de nuevas sociedades se ha incrementado de forma importante en los últimos meses, siguiendo una tendencia apuntada ya desde hace cuatro años, hasta el extremo de que, a punto de finalizar el ejercicio, en León se crean casi cuatro empresas por cada una que pone fin a su actividad.
Es cierto que ese dato sitúa a la provincia en segundo lugar por detrás de Valladolid, pero también lo es que el número de empresas destruidas ha sido notablemente mayor allí, con 1.287 frente a las 563 leonesas, rompiendo León con la tendencia del resto de las provincias de Castilla y León y también del conjunto del país, donde ya se detecta una cierta desaceleración.
Podría interpretarse, y ojalá sea así, que la opción del emprendimiento cobra fuerza en esta fase de recuperación. La provincia viene sufriendo, quizá incluso con mayor incidencia, los problemas generalizados que afectan al conjunto del país, agravados sin duda porque sus estructuras económicas y laborales se ven extraordinariamente lastradas por la destrucción de los pilares tradicionales de su economía, el preocupante envejecimiento poblacional, la despoblación y la emigración, el tradicional escaso dinamismo económico y un deficiente sector industrial, que difícilmente facilitará alternativas para la crisis de sectores primarios como el minero o el agroganadero.
Para los territorios de interior alejados de los grandes ejes de desarrollo de España es fundamental la apuesta por el emprendimiento. El hecho de que los habitantes de la provincia opten finalmente por quedarse aquí para invertir su dinero y desarrollar su talento es fundamental para el futuro de esta tierra, pero también lo es que se favorezca el desarrollo de las estructuras necesarias que deben avalar sus iniciativas y voluntades de emprendimiento. En ese sentido, la apertura de puertas a Europa a través del Eje Atlántico parece imprescindible e irrenunciable como elemento catalizador.
