Escapada de Mas
A rtur Mas se retira de la primera fila de la política. Al menos esoes lo que ha dicho. Aunque en realidad más que retirarse a él le retiraron en su día sus aliados de la CUP con los que quería construir la República Catalana. En su retirada también pesa su horizonte judicial tal como él mismo ha reconocido.
Lo cierto es que Artur Mas es el principal responsable de que se pusiera en marcha el llamado proces . Fue él quién primero rompió las reglas del juego democrático embarcando a sus conciudadanos en un proceso que ha dividido a la sociedad catalana y que la ha empobrecido, además del coste que su aventurerismo también ha tenido para el resto de la sociedad española.
Y es que Artur Mas jugo a aprendiz de fuego encendiendo la llama que provocó el incendio. Creyó junto a otros dirigentes de su partido que podía desafiar al Estado, que Mariano Rajoy se arrugaría y les dejaría hacer sin dar ninguna respuesta. Y Mariano Rajoy se armó de paciencia ante las provocaciones de Mas y los suyos, visto con perspectiva demasiada paciencia, tanta que fue dejando hacer y hacer. Pero al final el presidente de Gobierno del país tuvo que poner punto final y lo puso porque estaba obligado a ello.
Hay muchos responsables en el desastre sucedido porque contó con la ayuda de Oriol Junqueras, Carles Puigdemont, la CUP y la actitud meliflua de Ada Colau, a la hora de hacer creer a muchos catalanes que se podía intentar dar un «golpe» contra la Constitución sin que ese acto delictivo tuviera consecuencias. En mi opinión la crisis catalana tiene sobre todo dos responsables principales, uno es Artur Mas y el otro Oriol Junqueras, que ha hecho del tartufismo su seña de identidad política.
Ahora los ciudadanos asistimos al penúltimo capítulo del esperpento político que han provocado con el acuerdo entre Esquerra Republicana de Cataluña y Junts per Cataluña de intentar «investir» a Carles Puigdemont presidente de la Generalitat sabiendo que el solo intento es por sí mismo un disparate. Mas se retira si, pero su herencia es la peor que puede dejar un político: división de la sociedad y empobrecimiento.
Hay políticos que son nefastos. Artur Mas es uno de ellos, aunque está muy bien acompañado por todos los que como él han intentado dar un golpe contra la Constitución.