Diario de León

cuarto creciente

El amor de Lidia Valentín

Ponferrada

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Lidia Valentín no tiene tiempo para enamorarse. Las muñequeras de Hello Kitty son su esencia. Es una Cenicienta que no ha necesitado ningún príncipe para salir adelante.

No, Lidia Valentín no tiene tiempo para el amor. Lidia Valentín, la haltera de Camponaraya, que dibuja un corazón con sus manos después de subir a un podio y convierte su gesto en un icono, está centrada en su deporte. Su prioridad son los Juegos Olímpicos de Tokio 2020 y cuando va al gimnasio se dedica a levantar pesas, no a flirtear con los hombres.

Lidia Valentín, que es guapa y atractiva y se maquilla y se viste con elegancia, tiene que soportar que le pregunten si tiene novio. Y si no lo tiene, por qué no lo tiene, por qué no le dedica tiempo al amor. Es una pregunta que no le suelen hacer a los hombres, y menos aún a los hombres deportistas, cuando acuden a un programa de televisión. Pero Lidia Valentín tiene que responder tres, cuatro veces a las preguntas sobre su vida amorosa de un entrevistador que ‘flipa’ porque en el corazón de la atleta no hay ningún hombre. ¿Y eso es tan importante? ¿Es necesario que esté enamorada? ¿Lo es porque es mujer y sin un hombre a su lado no tiene una vida completa?

No, Lidia Valentín no es ninguna Cenicienta. Ni los hombres somos príncipes que vamos por la vida rescatando mujeres. Las mujeres —y Lidia Valentín tiene que ver cómo llama antes la atención su indumentaria que su esfuerzo y su constancia, su entrega y los sacrificios que hace por su deporte— no necesitan ningún protector. Lo que necesitan es que ningún hombre use su posición de poder para aprovecharse de ellas, como está ocurriendo con algunas gimnastas, y que las traten con el respeto que merecen todas las personas.

Y si Lidia se enamora es cosa de ella. Si se casa y tiene hijos es su decisión. Si se queda soltera, como tantos deportistas masculinos a los que nunca se les pregunta si se han echado novia o si tienen tiempo para el amor, es algo accesorio. Porque lo que de verdad importa es que Lidia Valentín, campeona olímpica, campeona del mundo, campeona de Europa de Halterofilia, ha hecho méritos de sobra para que la tomen en serio cuando hace ver que de quien está enamorada es de su deporte.

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