EDITORIAL | Año negro del campo que pide cambios
La drástica caída de la renta agraria como consecuencia del año negro en la climatología invita a que todos los implicados reflexionen sobre la situación de este sector. La negativa ha sido la respuesta más repetida cuando se han producido solicitudes de ayuda, tanto directas como a través de la reducción de tasas o cánones, por lo que muchos agricultores verán este año limitados sus ingresos a los pagos de la PAC.
La peor campaña ha puesto en evidencia que el campo tiene problemas y que precisa un marco que le garantice una mayor estabilidad porque ese debe ser el camino para evitar nuevas fugas de profesionales y para animar las nuevas inversiones, e incluso el acceso de los jóvenes.
Una legislación ajustada a la realidad del campo, una política agraria europa acorde con las necesidades, una extensión máxima de los seguros agrarios y unas infraestructuras que incluyan tantas obras como están pendientes facilitarán las cosas para que cuando llegue la sequía, el granizo o la helada, el campo esté bien pertrechado para dar respuesta a las coyunturas desfavorables.