Blues de nuestro tiempo

El sargento Pepper y su banda de corazones solitarios estarán contentos, el Gobierno de May ha anunciado que pondrá en marcha un Ministerio de la Soledad. En este asunto, quien más y quién menos podría presentarse a una plaza. Unos, por olvidados; otros, porque el amor se les fue a por tabaco y aun no ha vuelto, aquellos por príncipes, estos por mendigos... en fin, nosotros y vosotras. Ojalá esta bienintencionada iniciativa no se quede en humillante burocracia expendedora de certificados. La soledad es el blues de nuestro tiempo: evidente o sutil; del mando, o del soldado raso; del éxito, o del fracaso... la llevamos tatuada en nuestro genoma. Unos, en activo; otros, hibernada. Al menos, el gobierno de May la ha llamado por su nombre y no se han andado con eufemismos tipo: Ministerio de las Personas No Muy Acompañadas, Dirección General de la Felicidad con Goteras. ¿Y aquí en España sería necesaria una iniciativa así? Pues igual. ¿Y en León?, con más razones, dado que el frío añade temblor al temblor. No hay fronteras para la soledad, nuestro idioma universal común. Es loable, pues, que parte del dinero público vaya a este fin, que mina sociedades y vidas privadas, con estridente silencio. Pero también a cada uno de nosotros nos corresponde contribuir a erradicarla en los demás. Muchas veces, basta con sonreír. Es fácil, una vez descubres que puedes dar incluso lo que has perdido. Hemos desterrado la noción de prójimo.

El otro día, a la salida de un entierro en un pueblo de León escuché a una señorina octogenaria decirle a un vecino: «No sabemos dónde vamos al vivir, ni dónde al morir». Fue la constatación de un hecho, no un lamento. El hombre asintió con la cabeza. La soledad en el ámbito rural es como en el urbano, pero con los atardeceres más bellos.

Por supuesto, aquí he estado refiriéndome a la soledad impuesta, porque también hay otras más o menos llevaderas. El solitario vocacional ha de seguir dependiendo del Ministerio de Cuánto Más Conozco a los Hombres Más Quiero a mi Perro, Secretaría de No me Aguanto Ni Yo. Nos adelantamos a los ingleses en la cuna del parlamentarismo, ellos se nos han adelantado ahora en crear el Ministerio de la Soledad. Gran iniciativa. Empate.