TRIBUNA
Líbrenos el Señor de esta política de iluminados
L a situación esperpéntica vivida en el pleno del Ayuntamiento de León esta semana con la retirada del punto del orden del día referido a la aprobación inicial de los Presupuestos Municipales pone bien a las claras que tanto Partido Popular como Ciudadanos no son capaces de gestionar adecuadamente el Ayuntamiento de León.
El Partido Popular en todo momento desde que comenzó esta legislatura, y a pesar de las buenas voluntades del alcalde Silván en su discurso de investidura, solamente ha contado para gobernar y para sacar adelante los presupuestos con el grupo municipal Ciudadanos, que participa de las decisiones, más bien con indecisiones, en el día a día de la gestión municipal.
Lo acontecido con los presupuestos es una escenificación más del oscurantismo frente a los grupos políticos de la oposición, y Ciudadanos no es oposición, que a pesar de recibir en noviembre la notificación del Ministerio de Hacienda que exigía la aprobación previa de los Presupuestos Municipales y que, en definitiva, de facto supone una intervención en las cuentas municipales, no fue comunicado al resto de partidos políticos hasta hace una semana, y mucho tenemos que dudar que esa rasgadura de vestiduras por parte de Ciudadanos no sea más que otro postureo y que ese grupo, que cogobierna con el Partido Popular, tenían que conocer también el requerimiento estatal pero lo obviaron considerando que carecía de importancia. El requerimiento del ministro Montoro no es en absoluto baladí, en la propia amenaza que el requerimiento contiene y que, además, este retraso en la aprobación de los presupuestos podría suponer algún contratiempo con los fondos europeos del plan Edusi, que ya sería el colmo para la ciudad de León.
La cuestión planteada, desde el punto de vista jurídico, que entendía que le asistía la razón a la secretaria del Ayuntamiento, corroborado por el correo remitido por el Ministerio de Hacienda, que considera perfectamente asumible que inicialmente se aprueben los presupuestos en pleno y después remitir, insisto como aprobación inicial, los mismos para la supervisión estatal, no teniendo sentido tener que remitir un borrador de los presupuestos que, como tal borrador, carece de ningún tipo de virtualidad jurídica, pero esto, que podría haber permitido llevar los presupuestos al pleno de esta semana, ha puesto nervioso al grupo Ciudadanos, que ha dejado, como literalmente se suele decir, con el trasero al aire al Partido Popular, y lo que es más grave, retrasando la propia aprobación de los presupuestos.
Como ya hemos manifestado reiteradamente estos presupuestos han sido cocinados y pasteleados en exclusiva entre el Partido Popular y Ciudadanos, con absoluto desprecio del resto de grupos políticos de la oposición, por lo que el voto de Unión del Pueblo Leonés a los mismos no puede ser más que negativo en unos presupuestos a la mayor gloria de ambos partidos y sin que puedan ser enriquecidos con las aportaciones del resto de los grupos políticos. Pero ello no impide, como antes decíamos, que la situación planteada, en lo que son las formas y el cumplimiento de la legalidad y la trasparencia hacia los grupos políticos de la oposición, haya sido propia de una república bananera y de la política más rancia y retrógrada que algunos, como Ciudadanos, se les hace la boca agua predicando que son la nueva política. Líbrenos el Señor de esta política de iluminados, que lo que importa a los leoneses es la actual situación de la ciudad de León depauperada, sin futuro a la vista, sin generación de empleo ni perspectivas para los jóvenes, con unos servicios mínimos en todas las áreas de gestión municipal, y en definitiva no una ciudad del siglo XXI, sino más bien a la ciudad que describía Claudio Sánchez Albornoz en su famoso libro Una ciudad hispano-cristiana hace un milenio. Estampas de la vida en León ’