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TRIBUNA

Radiografía de la juventud española de nuestros días

Publicado por
Prisciliano Cordero del Castillo SOCIÓLOGO
León

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T oda realidad social es poliédrica, compleja, difícil de definir, pero de forma especial la juventud, dada su libertad, su independencia, sus distintas formas de entender y vivir la vida. No se puede hablar de la juventud española como de un todo homogéneo, pues existen muchos tipos de jóvenes en los que cada uno desarrolla su propia identidad.

Consciente de esta dificultad, voy a intentar hacer una radiografía de la juventud española de nuestros días, para lo cual me voy a ayudar del último informe de la Fundación SM, publicado en diciembre de 2017 bajo el título ‘Jóvenes españoles entre dos siglos (1984-2017)’, y del ‘Informe Juventud en España 2016’, realizado por el Instituto de la Juventud Española (Injuve). Ambos analizan los valores de la juventud, sus relaciones con la familia, la religión, la política y el compromiso social, la cultura y el ocio juvenil.

Comenzamos, pues, preguntándonos ¿cuántos y quiénes son los jóvenes españoles? Según criterios demográficos, se consideran jóvenes a aquellos individuos comprendidos entre los 15 y los 25 años, y estaríamos hablando de unos cuatro millones y medio en 2016. Pero hoy, dada la situación de inseguridad, de precariedad laboral y de falta de emancipación de los jóvenes, algunos prefieren alargar la juventud hasta los 29 años, y entonces estaríamos hablando de siete millones cien mil en 2016.

En cuanto a ¿quiénes son estos jóvenes?, podemos decir que, ya que la mayoría no tiene trabajo ni profesión que les identifique, los jóvenes han construido su personalidad individual y grupal al margen de la sociedad de adultos, facilitando la aparición de las tribus urbanas, como Los Perros callejeros, The Ghetto Family, los Ángeles del Infierno, los Latinos, etc.

Para muchos, el culto al cuerpo, la forma de vestir o peinar y el consumo de determinadas sustancias, se han convertido en una expresión de su identidad.

Entre sus intereses y preferencias están en primer lugar «la salud» y «la familia», y a una distancia considerable, «los amigos y conocidos», «el trabajo», «el tiempo libre y ocio». Luego le siguen «ganar dinero», «estudios, formación y competencia profesional», «pareja» y «tener una vida sexual satisfactoria». En los últimos puestos de su valoración se encuentran la política y la religión, que siguen perdiendo importancia en sus vidas.

Por otra parte, los problemas que más les preocupan son el paro y la droga. La crisis económica que estamos sufriendo, que ha llevado al paro a cerca del 40% de los jóvenes, hace que estos señalen como su principal preocupación la falta de trabajo.

Entre los jóvenes españoles, ya desde hace años la familia y los amigos vienen apareciendo como valores fundamentales para más del 90% de los entrevistados. Según los informes citados, los jóvenes disfrutan de un alto grado de permisividad por parte de sus padres para actuar en casa, donde pueden reunirse con sus amigos, con su novia/o, no ir a comer o cenar y hasta organizar una fiesta.

Conocer el ideario familiar de los jóvenes nos puede dar pistas sobre la familia del futuro, aunque conocer el futuro de la familia no es una tarea fácil, dada la libertad, la tolerancia y la autonomía con que hoy actúan los jóvenes.

En general se puede decir que entre los jóvenes se da un alto grado de tolerancia hacia cualquier forma de convivencia: matrimonios con hijos, parejas de hecho, familia monoparental, parejas homoxesuales.

Pero una cosa es la aceptación teórica de las distintas formas familiares y otra el proyecto de vida familiar que quieren para ellos. En este caso, sus preferencias son: matrimonio por la Iglesia (39,5%), matrimonio civil (16,8%), vivir en pareja de hecho sin papeles (12,7%), vivir en pareja de hecho con papeles (8,9%), convivir sin unión estable (3,1%). (F. SM: Juventud Española 2017). A pesar de los cambios sociales y culturales que ha registrado nuestra sociedad y también la familia en los últimos años, los jóvenes al pensar construir su propia familia siguen eligiendo de forma mayoritaria el matrimonio tradicional, bien sea civil o religioso.

En relación con la política y la participación social, la gran mayoría de los jóvenes tienen una visión muy negativa de la política. Por otra parte, el grado de asociación y la participación ciudadana de los jóvenes es muy bajo.

Solamente el 22,1% dice estar registrado en alguna asociación, siendo las más frecuentes las asociaciones deportivas, culturales, vecinales y sindicales.

Según los estudios consultados, hoy los jóvenes españoles carecen de interés por las instituciones políticas, sociales y culturales, y en general por todo lo que exceda de su interés inmediato o exija alguna responsabilidad o compromiso social.

Otro campo de análisis de los jóvenes es el de sus creencias o increencias. En 2010, el 53,5% se definían como católicos, un 2% como perteneciente a otra religión y el 42,4% restante se repartía entre indiferentes (16%), agnósticos (19,3%) y ateos (17,1%).

Según el Informe FSM de 2017, entre los años 1994 a 2016 habrían abandonado la categoría de «católicos» un 43%. Estas pérdidas se traducen en aumento en las categorías de «agnósticos» y sobre todo de «ateos», que hoy estarían entorno al 24%.

Finalmente, el ocio es una de las realidades que más valoran los jóvenes, considerándola entre bastante y muy importante el 90% de los mismos. Es en el tiempo de ocio donde los jóvenes buscan afirmar su identidad a través de sus actividades preferentes, que son: escuchar música, ver la TV, ir a bares y cafeterías, al cine, a discotecas, de tiendas, oír la radio, hacer deporte, etc.

En cuanto al ocio de fin de semana, las razones más importantes para salir suelen ser: compartir con los amigos, desconectar de la rutina diaria y vivir en un ambiente especial y propio de los jóvenes. Otra razón no confesada, pero que está latente, es el consumo de alcohol, droga y sexo. Para muchos jóvenes el consumo de alcohol y drogas se ha convertido en una práctica común de fin de semana para facilitar relacionarse con otros jóvenes.

A través de una larga serie de indicadores sociológicos hemos detectado la escala de valores de los jóvenes, su mundo familiar, su participación política y social, su situación religiosa y sus aficiones en el tiempo libre y el ocio.

La juventud española, como decíamos al principio, es una realidad poliédrica, difícil de catalogar, pero, si tuviésemos que señalar las características que mejor definen a los jóvenes españoles de nuestros días, yo citaría las siguientes:

1.- Es una juventud con buena preparación académica, pero con difícil integración social.

2.- Tiene como valores más importantes: la familia, la salud y los amigos.

3.- Los problemas que más les preocupan son: el paro y la droga.

4.- Son comprensivos con todos los tipos de familia, pero para sí prefieren la familia tradicional.

5.- Son escépticos, apolíticos y muy poco participativos.

6.- La religión no es algo importante en sus vidas. Han pasado de la indiferencia a la in-creencia.

7.- El ocio es una de las realidades más valoradas y el tiempo y lugar de mayor realización personal.

8.- El consumo de alcohol, droga y sexo, es un objetivo a conseguir en los fines de semana.

Resumiendo todo lo dicho hasta ahora, podríamos concluir diciendo que los jóvenes españoles, entre utopías y desilusiones y al margen de la sociedad de adultos, como siempre han hecho los jóvenes, buscan por sí solos dar un nuevo sentido a sus vidas. Tienen retos y dificultades importantes, pero, arriesgando, sabrán andar su camino y tal vez convertirse en los profetas de la sociedad del futuro.