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Publicado por
AL DÍA JULIA NAVARRO
León

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H ay una coincidencia general de que está legislatura que empezó con tan mal pie no da mucho más de sí.

En el Partido Popular hay quienes creen que Mariano Rajoy debería de adelantar las elecciones generales para 2019. Y fundamentan esta opinión en que su partido, según las encuestas, está en caída libre y que es mejor detener la sangría antes de que sea irreversible.

Pero frente a estas opiniones están quienes apuestan por lo contrario argumentando que su principal adversario en las urnas es Ciudadanos y que este partido carece de «primeras figuras» para obtener un buen resultado en las elecciones municipales y autonómicas y que por tanto es mejor dejar que el partido naranja tenga un relativo fracaso, porque eso jugaría en su contra.

En cualquier caso tanto los partidarios de la primera opción como los de la segunda, coinciden en que no saben que va a pasar porque el que decide es Mariano Rajoy y éste no es de los que hacen confidencias respecto a sus intenciones sino que cuando las tiene tomadas las anuncia si es que hay algo que anunciar.

Otra incógnita es quién será el candidato a presidente, y para esa pregunta no tienen respuesta ni los que abogan por elecciones ya ni los que prefieren esperar. Algunos admiten que el Partido Popular necesitaría renovar su liderazgo para coger nuevo impulso pero al mismo tiempo admiten que ese melón solo lo puede abrir el propio Mariano Rajoy, amen de reconocer que eso podría provocar batallas internas, así que coinciden en mejor no abrir ese melón sobre todo porque hoy por hoy Mariano Rajoy es quién más consenso suscita en filas populares sin olvidar que es quién tiene todo el poder en sus manos. De manera que nadie le cuestiona no vaya ser que quién se mueva luego no salga en la foto.

El caso es que ahora mismo el Gobierno depende del PNV para aprobar los Presupuestos pero más allá de esa dependencia el quid de la cuestión es que le conviene más al Presidente para intentar evitar la debacle: o convocar elecciones para el 2019 o aguantar el tipo hasta el 2020. La respuesta solo la tiene un hombre, él, Rajoy.