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TRIBUNA

La carencia de personal en el Hospital de León

Publicado por
Carmen Franganillo Portavoz del área de salud de IUCyL. Miembro del consejo político local de IU León
León

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R ecientemente, el sindicato Satse ha reclamado al gerente de Atención Especializada del Complejo Asistencial de León la inmediata dotación con un tercer equipo de Enfermería en el turno de noche para el quirófano de Urgencias, con el que el Complejo contaba hasta 2012. Los recortes han afectado a la calidad asistencial de nuestro sistema público de salud, pero ese no es el único problema en este ámbito. 

La Junta no se ha preocupado nunca por tener una buena infraestructura enfermera. Pero tampoco lo ha hecho el sistema sanitario español. Los ratios de enfermería en nuestro país están entre los peores de Europa, con lo que ello supone en detrimento de la salud de la población. Es necesario convertir a la enfermería en el eje de los servicios sanitarios, para así mejorar el sistema y evitar el colapso de áreas como la de Urgencias. Mientras el consejero se jacta de la calidad de nuestra sanidad pública, nos encontramos con que los recortes aplicados mediante la Ley de Medidas, suprimieron el tercer equipo de enfermería para el turno de noche en el quirófano de urgencias.

Según el sindicato Satse, el funcionamiento y la organización de dicho servicio no son los deseables cuando concurren más de dos urgencias simultáneamente y las personas profesionales de enfermería se ven gravemente afectadas por esa falta del tercer equipo, ya que el personal tiene que «desdoblarse», dejando a auxiliares (TCAE) asumiendo tareas que son competencia de enfermería, algo que empieza a ser habitual dentro del sistema, lo que supone incurrir en un acto de intrusismo profesional además de la explotación laboral que conlleva.

La carga de trabajo del personal de Enfermería ya se vio incrementada cuando se incluyó la Cirugía Pediátrica en el complejo y aumentó el número de urgencias quirúrgicas pero no el de personas contratadas. Además tener que asumir la actividad generada por esa nueva especialidad, tienen que dividirse y trasladarse a quirófanos situados fuera del área quirúrgica, en plantas diferentes con el consiguiente deterioro y demora de la asistencia.

Numerosos estudios nacionales e internacionales constatan que a menos profesionales de enfermería existen más posibilidades de complicaciones y riesgos para la salud del paciente. Uno de ellos, publicado por la revista científica Lancet, concluye que por cada paciente quirúrgico más que tiene que atender la persona profesional de enfermería, aumenta el riesgo de mortalidad hasta en un siete por ciento en los 30 días siguientes a su ingreso.

De igual manera, todos los informes estadísticos denuncian la pésima situación en la que se encuentra España en cuanto al número de profesionales de enfermería. En Europa está en 808 por cada 100.000 habitantes y en Castilla y León un raquítico 593, muy por debajo de la media de los 28 países miembros de la Unión Europea. Esta ratio nos sitúa, en los últimos puestos del ranking, junto a países como Grecia o Bulgaria.

Los estudios confirman que la ratio óptima es de menos de seis pacientes por cada profesional. Y en esta tesitura no se encuentra el Caule, puesto que hay unidades como Cardiología en las que tienen 15 pacientes; 14 en Cirugía Cardiaca en el turno de noche y en Cirugía Vascular en tarde y noche; nueve en Neurocirugía por la tarde y 14 por la noche; y entre 12 y 18 en Medicina Interna. A estas unidades se unen otras en las que solo hay un profesional para todos los pacientes, como Psiquiatría, con 28 pacientes, u Obstetricia, con 32. Para cubrir las ratios habría que contratar al menos 90 personas más de enfermería en el Hospital. 

Tampoco debemos olvidar la situación en el medio rural leonés donde la relación medicina/enfermería es perversa, pues hay mayor número de profesionales médicos que de enfermería (181 de medicina por 162 de enfermería), cuando las tareas de enfermería son las más apropiadas para este medio por ser mayor la incidencia del binomio curar/cuidar, más las tareas de educación sanitaria que necesita dicha población rural. La educación para la salud, la prevención y los cuidados son los grandes olvidados de nuestra sanidad, más preocupada en beneficiar a las farmacéuticas o en acometer grandes infraestructuras centralizadas.

Nos sobran argumentos para denunciar que los recortes intencionados por parte del PP, en este caso recortes en personal de enfermería, que tienen como objetivo acabar con la sanidad pública, están poniendo en peligro la calidad y la universalidad de este servicio sin tener en cuenta las necesidades de la población. Cambiar el paradigma sanitario en su conjunto es una ardua tarea que debe acometerse, con la participación de la ciudadanía y las plataformas en defensa de la sanidad pública, de manera urgente, si queremos llegar a tener el Sistema Público de Salud que la población merece.

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