Leoneses en Guadalajara

Entre los cincuenta y dos volúmenes de la BLE que esta casa editó por su centenario en 2006, el último fueron las Novelas cortas de Antonio Estévez, un interesante personaje y escritor hasta entonces poco conocido. Vicente Fernández puso años más tarde en valor la proyección de su figura en el magnífico Antonio Estévez (1897-1960). Textos libertarios y otros escritos. Fue el autor de Valtuille de Abajo protagonista de una vida apasionante que hubo de abandonar casa y familia para, al finalizar la Guerra Civil, exiliarse en México.

En 1955 su hijo Helios viaja a México con el fin de conseguir la reunificación familiar, truncada por la muerte de su padre. Fueron años difíciles. Helios trabaja duro, con tesón y firmeza en aquel país que ya no abandonará. Pasado el tiempo, y casado con la también berciana Nandi Mauriz, se convierte en un empresario de éxito con negocios en Guadalajara y en su pueblo natal, al que acude regularmente y cuyo amor ha transmitido con pasión y equilibrio a sus hijos. Tan es así, que El Riscal, un restaurante fundado por el matrimonio, se convirtió pronto en punto de encuentro de españoles y leoneses, una puerta abierta como verdadera embajada de afecto y ayuda. Con la generosidad y humildad que caracterizan sus actuaciones, aún hoy corre con los gastos de una oficina y la persona que la atiende para ofrecer ayuda e información a los españoles que la precisan al llegar a la ciudad de los mariachis. La reciente presencia de cónsul español favorece esta labor.

Guadalajara es la capital del Estado de Jalisco, en cuyo territorio viven unos 13 000 españoles, 7 000 de los cuales residen en la capital; un centenar, leoneses. Precisamente el Presidente de Residentes Españoles es Helio Estévez Mauriz, hijo de Helios, nieto de Antonio. Con la presencia de la rama femenina en el Ateneo Español de la capital del país, la familia sirve también de ayuda a su biblioteca y la abundante documentación que el centro posee especialmente sobre el exilio, que recibió en aquel país hermano la generosidad de la acogida, a pesar del olvido institucional para su conservación y puesta en valor.

El nieto leonés del ‘patriarca’ estrechará aún más, si cabe, la hermandad entre los dos países gracias a estos embajadores, a la calidad humana y generosa de esta familia. Quede aquí el reconocimiento. Ojalá lleguen otros, siempre merecidos. Hay hechos, personas y circunstancias que no deben nunca quedar en el olvido.