EDITORIAL | Intolerable falta de inversión
Los años de crisis y los problemas para aprobar los presupuestos estatales han sido argumentos para recortar inversiones en infraestructuras. Especialmente en el mantenimiento de las ya existentes, las que no se inauguran y no producen réditos en las urnas. El capítulo de gasto en conservación de las carreteras es tradicionalmente uno de los más abultados en las cuentas anuales del Gobierno, pero en los últimos años se ha visto también sensiblemente mermado. Y las dotaciones se muestran insuficientes para una provincia de enorme extensión y dispersión poblacional como León, que ve cómo la falta de tareas de reparación está convirtiendo muchas de sus vías en contenedores de baches sin fin y asfaltos quebrados. Una situación que afecta ya de manera muy grave a la N-630, la antigua León-Benavente, cuyo deterioro supera con mucho lo permisible y pone en peligro a los conductores. Es una carretera nacional y una vía aún con gran volumen de tráfico. La inversión necesaria ahora será abultada, pero es también inaplazable.