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TRIBUNA

La realidad que se vive en Alaf es muy distinta

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BUENAVENTURA DURRUTI PRESIDENTE DE ALAF (Asociación Leonesa De Amigos Del Ferrocarril)
León

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R ecientemente apareció en este Diario un artículo emitido por Marcelino García, socio de Alaf, en el que hace una serie de manifestaciones carentes de veracidad y llenas de subjetividades, acusando a la Junta Directiva de inoperativa e ineficaz. Añade una serie de mentiras y medias verdades, con las que ha propiciado enorme daño a nuestra sociedad, provocando separatismo y fragmentación entre los socios de la misma. Se permite descalificar a esta Junta, por el hecho de ser todos “jubilados”, y considerar que este atributo es perjudicial para la asociación, toda vez que el mismo es el que impide a sus miembros ser eficaces en sus funciones.

Esta junta quiere recordar a este señor y sus afines, que al día de hoy existen cientos de asociaciones en toda la geografía nacional y europea, dirigidas con notable acierto por personas jubiladas que han sido grandes profesionales en su vida activa, que dedican gran parte de su vida a trabajar manteniendo un material, construyendo maquetas, restaurando viejos vehículos ferroviarios y otra multitud de actividades que él debiera conocer. Recordamos que en el Museo Nacional del Ferrocarril de Madrid, existe un grupo de jubilados, a los que hemos podido observar construyendo maquetas y colaborando con el museo en variadas actividades; lo mismo ocurre en Monforte, Gijón, Azpeitia y otras localidades. Es significativo que en Brañuelas, también hayan sido los jubilados de la minería y otras especialidades, los que han contribuido notablemente para ver hecha realidad lo que en esta localidad se ha conseguido.

Recordamos además, que con su aseveración, ha cometido una enorme falta de respeto a hombres, jubilados algunos y socios de Alaf, que por desgracia no están entre nosotros, como nuestros recordados: Cecilio, Aurelio, Ropero, Tomás Herero y otros, de gratísimo recuerdo, que contribuyeron a restaurar la Mikado, la 7700 y el diverso material rodante del que hoy todos nos sentimos orgullosos. Gentes, sin cuya aportación, jamás hubiéramos podido disfrutar de eventos ampliamente conocidos.

Es una verdad a medias y maliciosa manifestada decir que al material rodante no se le han hecho las revisiones reglamentarias. El mismo señor, siendo miembro de la Junta Directiva, hace unos meses, antes de presentar su dimisión para solidarizarse con el señor Tocino, se opuso a una sugerencia emitida por nuestro vicepresidente, en el sentido de dedicar un dinero a realizar labores de mantenimiento, alegando que no era necesario porque ya no e iban a realizar trenes, ignorando que en este momento los vehículos están guardados y protegidos y en lugar apropiado para realizar las operaciones necesarias, sin peligro de acciones vandálicas.

Ignora el señor García, que el material que compone nuestro tren y alguna pieza más, se encuentra ahora en lugar protegido con sistemas de videovigilancia y bajo techo en las naves de Talleres Celada.

En el hipotético y cada vez más posible caso de que, el próximo año, se pudiesen realizar de nuevo trenes históricos o conmemorativos, el material estaría dispuesto en pocas fechas; homologado y revisado por la empresa talleres Celada, mencionada, y dotados de las correspondientes autorizaciones requeridas por Adif.

Es por ello, que nuestro activo económico, debidamente divulgado entre los socios que han asistido a las últimas asambleas, se ha mantenido para acometer los gastos derivados de los tratamientos exigidos, seguros y autorizaciones de surco. A pesar de lo cual, también hemos recibido críticas por o parte de otro grupo de socios, siempre afines a la sección de modelismo, y liderados por el señor Tocino, que no entienden que el hecho de evitar gastos, redundará en beneficio, precisamente de ellos, cuando asuman la dirección de la Junta Directiva.

En el último año, Alaf se ha integrado en Asociaciones como Ferrocarriles del Duero y AFCHE (Asociación de ferrocarriles históricos españoles); la primera de ámbito autonómico y la segunda a nivel nacional. Ambas asociaciones tienen como objetivo negociar con Ministerio y Junta, para poner en funcionamiento las líneas históricas como son, en el caso de León y Castilla, la Ruta de la Plata, Valladolid-Ariza, Fregeneda y otras. En estas Asociaciones se han incorporado las de Burgos, Zamora, Salamanca, Valladolid, Venta de Baños y León, a nivel autonómico.

Para conseguir estas metas, se han hecho necesarias muchas horas de reuniones y viajes a Madrid, Valladolid, Palencia y León.

La sección de Modelismo que incumple como norma el artículo 31 de nuestros estatutos, ya que nunca ha aportado proyectos de reglamento interno, como se ha solicitado en alguna asamblea por socios perjudicados, ha dedicado su tiempo más a conspirar que a fabricar una maqueta visitable, como se le ha sugerido constantemente a lo largo de sus diez o doce años de existencia.

Otro dato que aporta don Marcelino, también carente de veracidad, es el número de socios de Alaf, que él fija en 600; dato del todo falso, ya que nuestra asociación no ha pasado de 450 socios; cifra que coincidió cuando salíamos a la vía con nuestros trenes, que eran el verdadero reclamo que atraía socios. Pudieran haber existido más altas, si nuestros amigos de modelismo hubieran construido la maqueta que todos ansiamos, siendo posible la visita de colegios o grupos entusiastas que hubieran engrosado nuestro censo. Por otra parte, y así lo hemos repetido varias veces, las bajas vienen también condicionadas por los fallecimientos de socios que desgraciadamente acontecen cada año.

El problema originado de la situación por la que atravesamos en este momento, subyace en la actitud de don Eduardo Tocino, que en su afán de protagonismo y desmesurada ansiedad de poder, nos ha llevado a una situación e división y fragmentación.

Un último tema que don Marcelino usa para torpedear la línea de flotación de la asociación es el tema del convenio con Instituciones Penitenciarias, para que presos de la prisión de Mansilla, vinieran a realizar trabajos en nuestra sede y en el material de Alaf. Esta idea fue presentada por don Eduardo Tocino en Junta Directiva, cuando él formaba parte de la misma y fue aceptada por unanimidad. Este señor, sabía que era requisito imprescindible, establecer una póliza de responsabilidad civil, que comenzamos a gestionar con diversas gestoras de seguros; la primera con la que se contactó fue Caser, por ser la compañía que había realizado este tipo de pólizas para los trabajos dedicados a los señores provenientes de las Instituciones penitenciaras, en este caso no sólo no acepto realizar la póliza, sino que nos animó a no usar los servicios de estos señores por ser extremadamente conflictivos. El señor Tesorero, que era quien trataba de dar solución al tema, acudió a otras compañías, Marina Fuertes, Banco de Bilbao… obteniendo siempre la misma respuesta; nadie asumía este tipo de riesgos. Cuando todavía no se tenía la póliza exigida, el señor Tocino se presenta en la sede de Alaf, con una planificación consistente en que al día siguiente, ya había negociado la presentación de estos señores para realizar los trabajos programados. Traía el señor Tocino un cuadrante, en el que adjudicaba a cada directivo, menos a él, un día de presencia al lado de los presos. Siempre se creyó, que el cuidado de estos señores corría a cargo de personal de Instituciones penitenciarias o agentes cualificados para este menester. Como es de imaginar, los directivos afectados se negaron a realizar esta labor, ya que ninguno asumía esta responsabilidad. Este fue el principio de las acciones del señor Tocino, que comenzaron con la presentación de su dimisión y su labor de conspiración contra la Junta, que ha terminado en la situación actual.

La conclusión, pues, no es que los miembros de la Junta sean jubilados, viejos, incapaces u otros atributos mencionados, el problema pasa por el poco talante de este señor que no fue capaz de asumir las quejas de los demás, ni los reproches que se le propiciaron. Este señor, ha tenido la ocasión en las últimas asambleas programadas, de asistir y manifestar su descontento en tiempo y forma, sin embargo ha optado por el uso de sistemas poco ortodoxos a nuestro entender, divulgando defectos y acciones de sus ex compañeros, a modo de despecho y venganza. Si de algo estamos seguros, es que a lo largo de 25 años, nunca hemos tenido ninguna incidencia ni altercado entre personas afectas a nuestra asociación hasta el momento en que el señor Tocino se ha preocupado de desestabilizar la misma con cuestiones perfectamente debatibles en asambleas o juntas.