Entendimiento en Las Médulas

Lo que tendría que ser fuente de beneficios y bondades para una zona deprimida se está convirtiendo en foco de tensiones y enfrentamientos en donde todos los interesados tienen mucho que perder. Veinte años después de que la mayor distinción turística del planeta recayera en Las Médulas, el caos es el mensaje que se transmite a quienes quieren conocer este paraje emblemático, el buque insignia del turismo berciano y provincial. Los roces entre el Ayuntamiento, los vecinos y hosteleros y la fundación que gestiona el monumento natural no hacen sino entorpecer su crecimiento y denostar su imagen pública. Cierto es que los oriundos de la zona deben beneficiarse de este paisaje único, al que cuidaron y por el que velaron mucho antes de que la Unesco pusiera sus ojos en él, pero también lo es que el acceso debe ser controlado y medido para no causar daños al entorno. El entendimiento entre las partes se perfila como el único camino para poner freno a esta escalada de hostilidades que ha quedado en evidencia esta Semana Santa.