La ausencia de proyectos frena los Presupuestos para León
El final de la época de las grandes inversiones en la provincia —autovías, trenes o regadíos— lastra en los últimos años los Presupuestos Generales del Estado, que incluyen, en una primera lectura, partidas para continuar con proyectos ya comprometidos o en obras en marcha desde hace tiempo sin que se puedan detectar iniciativas nuevas. El borrador tramitado desde el Gobierno supone las cuentas más austeras en 15 años. Esa es la lectura negativa, la que permite a la luz de esos primeros datos plantearse que León mira a los Presupuestos sin ningún tipo de sorpresa y con la queja entendible de que después de más de seis años en el poder el Partido Popular no ha sido capaz de ofrecer nada nuevo de lo que no se viniera hablando desde muchos años antes.
El final de las grandes obras en los regadíos permite hacer cuentas y hablar sin faltar a la verdad de recortes, lo mismo que ocurre con el tren, tras años de inversiones milmillonarias para abrir esos túneles de Pajares que siguen sin usarse. Son lecturas políticas posibles pero que incluyen una cierta falacia puesto que afortunadamente las aguas hoy recorren el Páramo por las nuevas infraestructuras construidas y el AVE requiere esos últimos capítulos inversores para abrir Pajares y para completar la línea desde Valladolid.
Para quienes busquen una lectura de las cuentas en positivo también cabe otorgar relevancia al dinero incluido para avanzar en la autovía a Valladolid o para que de una vez por todas se pueda iniciar el enlace de Ponferrada a Orense y las Rías Bajas. Está presupuestada la gran reforma del Parador de San Marcos (12,7 millones) y se incrementa de manera importante el dinero para proyectos empresariales como alternativa al carbón.
Pero los Presupuestos son de algún modo una consecuencia de su tiempo político y la actual composición del Congreso de los Diputados lleva a repetir el guión demasiado conocido en la Democracia española y que obliga al partido en el Gobierno a pagar el peaje territorial para conquistar los votos necesarios. Debates y prioridades que requerirían más atención —creación de empleo, pensiones, despoblación o competitividad— se ven lastrados. Y ahí también se juegan mucho los territorios con mayores problemas estructurales, que como León aguardan más dinamismo para recuperar el pulso.