Cerrar
Publicado por
LA GAVETA CÉSAR GAVELA
León

Creado:

Actualizado:

B erta nació en La Portela, una aldea berciana situada junto al río Valcarce, en el último valle jacobeo leonés. De niña emigró con sus padres al barrio de Flores del Sil de Ponferrada, entonces un suburbio obrero y ferroviario poblado, sobre todo, por inmigrantes. Gallegos, andaluces, castellanos, también bercianos de la montaña. En aquel territorio creció la idea de barrio, desde el esfuerzo y la solidaridad, y allí Berta supo quién era, y cual era su raíz y su compromiso.

Estudió Filosofía y Letras y se radicó en Cataluña, donde ejerció durante muchos años como profesora de secundaria, labor de la que se jubiló hace tres años. Poco antes de decir adiós a la docencia, inició un empeño de gran mérito: escribir una larga novela que podríamos llamar fundacional. Un vasto y hermoso libro titulado Cicatrices de charol. Una obra muy intensa, que se compone de breves y eficaces capítulos.

Berta cuenta una historia de amor y de guerra. Y convoca muchos acontecimientos públicos y privados que se cruzan en la vida de un gran personaje femenino: Nía. Cicatrices de charol es la historia de Nía, una heroína berciana que, si no existió en la vida real, bien pudo haber existido. Es más, es casi imposible leer este libro y afirmar que no hubo esta berciana noble, valiente y soñadora que quería ser actriz de teatro y que se llamaba Nía. Y, arrastrados por ella, por su verdad, damos por bien ciertos a los demás personajes de este libro. En particular a los que la amaron o la abandonaron, a los que la buscaron o la olvidaron.

La historia sucede en la segunda república, y en el espacio físico y siempre literario de Bierzo, así como en las ciudades de León y de Madrid. Una época de grandes esperanzas y de crueles decepciones para los españoles. Tiempos de coraje, siempre, en el caso de Nía. Pese al dolor, la tristeza o la desilusión. La autora armoniza la memoria colectiva con su imaginación y la sirve con la vigencia de un lenguaje sencillo y sobrio. Sitúa, además, en la narración a personas que fueron de carne y hueso, como el alcalde republicano de Villafranca Antonio Gabelas, y al de Ponferrada García Arias, asesinados ambos por las mismas hordas que mataron a Paco Delás, el cuñado del escritor Ramón Carnicer. Emilio Silva, otro villafranquino o el faberense César Terrón también circulan por este libro sólido y hermoso.

Cicatrices de charol es una novela transparente, noble, con finura y fuerza. Una novela profundamente leonesa y universal. De todas sus páginas quiero resaltar, por insólitos y llenos de encanto, a los aristócratas villafranquinos de la familia Álvarez de Luna, magistralmente insertos en la trama. A partir de ahora me será imposible ir a Villafranca y no imaginármelos por sus calles, por su tiempo lejano, pero también por éste. Porque la literatura todo lo hace posible. Y Berta lo sabe muy bien.

Cargando contenidos...