Intereses comunes para fortalecer el turismo blanco
La Diputación de León lanzó el guante y el Principado lo recoge. Los intereses comunes están claros: unir las cuatro estaciones de esquí de Asturias y León y consensuar una fórmula de gestión que aporte criterios de rentabilidad privados. Se cumpliría un doble objetivo. Por un lado, crear el espacio esquiable más importante de la Cordillera Cantábrica, con 80 kilómetros disponibles y un centenar de pistas; con proyectos y promoción conjuntas. Por otro, frenar la sangría que cada año supone para las arcas públicas el déficit que generan las estaciones. Con ‘forfaits’ y bonos conjuntos que permitirían además a los esquiadores aprovechar las mejores condiciones de las cuatro pistas en cada momento.
Convertir el turismo blanco en un polo de dinamización económica para zonas de montaña especialmente afectadas por los problemas de generación de empleo y despoblación es una apuesta común en la que están de acuerdo las administraciones de los dos lados de las pistas. De lo que no se ha hablado en los acercamientos producidos en las últimas semanas es del escollo que ha impedido durante años cerrar un proyecto común, para que se ponga en marcha en la práctica: la financiación de la línea eléctrica de San Isidro, que asumió la Diputación leonesa con el compromiso (verbal) de colaboración de la administración asturiana, que hasta ahora no se ha cumplido. La marca blanca común tiene buenas intenciones y perspectivas, pero debe subsanar un doble escollo: el de consensuar el modelo de gestión y, sobre todo, el de buscar las fórmulas que permitan saldar viejas cuentas aún pendientes.