EDITORIAL | La burocracia frena la solución para sacar tráfico pesado de la Nacional 120

El anunciado desvío de camiones desde la N-120 a la AP-71 permanece atascado en una maraña burocrática a la espera de que se firme un convenio entre los ministerios de Fomento e Interior con la empresa concesionaria. La Junta se ha mostrado dispuesta a financiar la operación, que solventaría el problema que padecen las localidades del acceso oeste hacia la capital de la provincia, y que cada día sufren molestias notables e incluso riesgos graves de seguridad por la acumulación de tráfico pesado que soportan las poblaciones. Pero el Estado no ha sido capaz de articular aún la fórmula para poner en marcha esa ayuda económica a los transportistas, que servirá para que no les sea tan gravoso el uso de la vía de peaje, tanto en las rutas de larga trayectoria como en las entradas y salidas al polígono industrial de Villadangos del Páramo.

La experiencia similar que se ha vivido en La Rioja, con el desvío del tráfico pesado hacia la AP-68 —autopista vascoaragonesa Bilbao-Zaragoza—, precisó de un periodo de diez meses de tramitaciones. Pero ahora, con ese precedente, parece exigible a las partes implicadas el que se agilice la puesta en marcha del proyecto de solución para que la Nacional 120 pueda presentar unos niveles de seguridad vial aceptables y para que las molestias durante las 24 horas del día a los vecinos de esa ruta Astorga-León se empiecen a paliar de manera definitiva.