EDITORIAL | El dolor no es una moneda de cambio
Proporcionar a los pacientes el bienestar físico y emocional adecuado para mantener una calidad de vida digna es una de las facetas más relevantes de la medicina y los últimos acontecimientos ocurridos en la Unidad del Dolor del Hospital de León parecen ir en contra de este criterio. Los enfrentamientos internos en este servicio hospitalario, que ya fueron adelantados por este periódico hace semanas sin visos hasta ahora de solución, suponen un perjuicio insufrible para los pacientes que esperan recibir de esta sanidad pública la mejor atención posible. Las revelaciones realizadas por el excoordinador del servicio destapan que la prioridad en la gestión hospitalaria es solventar a cualquier precio las rencillas personales, aunque la moneda de cambio en este caso sea el cuidado y respeto a unos pacientes que viven diariamente un calvario.
Si se confirman como ciertas las declaraciones del doctor Bronte, algo que se verá judicialmente, la situación en la Unidad del Dolor sólo puede calificarse de inaceptable. Asegura este profesional que las excusas planteadas desde la gerencia para la supresión de tratamientos hasta ahora beneficiosos para los pacientes son mentira. De ser así, y más allá de solventar las disputas particulares, las autoridades sanitarias están obligadas a intervenir no sólo para restituir las técnicas que hasta ahora se aplicaban a los enfermos sino para poner orden en el funcionamiento de un servicio que ya ha provocado de momento quejas ante el Procurador del Común, movilización de los afectados y preguntas en las Cortes.
