Estar estudiado

Creo firmemente que los estudios universitarios están sobrevalorados. Socialmente está bien visto tener una carrera, pero tampoco es para tanto. Hablo desde el sentido práctico. Pero es que tener un máster ni siquiera eso. Todavía colea la polémica sobre el caso de Cifuentes y su falso máster y es que ahora tener un posgrado está mal visto. Si lo tienes mejor te lo callas, que parece que te lo han regalado.

El caso es que estudiar en la Universidad te vale para ponerlo en el currículum (como el máster), para ofrecer algo al mercado laboral, pero no te soluciona la vida a nivel profesional y mucho menos a otros niveles. Eso creo yo.

Dicen los que saben que la era del conocimiento se ha acabado, que estamos en la era de las ideas y que esto, que parece ahora algo abstracto, acabará viéndose con claridad no tardando. En esto también tenemos que resetearnos, como en casi todo.

Un reciente estudio de una plataforma de empleo universitario asegura que sólo el 10% de las empresas están interesadas en las notas de quienes contratan. Lo que buscan ahora es gente que resuelva problemas, no que sólo aporte un currículum brillante. Palabras tan extrañas como empatía o resiliencia van cobrando cada vez más importancia. Y más que lo van a hacer. Ponerse en el lugar del otro para ver las cosas desde otro punto de vista o la capacidad para adaptarse a situaciones adversas mejoran a las personas. Y a los trabajadores. Es algo así como humanizar el trabajo y eso no se enseña en la universidad, ni en el colegio.

Creo que el sistema educativo está equivocado y anticuado de principio a fin. Y lo digo yo, que soy un producto más de este sistema obsoleto. Empezando por abajo, no entiendo que a los niños se les enseñe y se les exija a todos lo mismo al mismo tiempo. ¿De verdad tienen que aprender todos a leer a la vez? ¿Acaso todos los mayores aprendemos a cocinar al mismo tiempo? Antes no es mejor y quizás un poco más de respeto a los ritmos de cada uno haría que la forma de aprender y de asimilar conceptos y tener las cosas claras cambiase para mejor. Y eso es un bien muy valioso de cara al futuro de los niños.

Lo mismo (o parecido) ocurre en la universidad. Demasiada teoría, falta algo más de humanidad.