Peso PSOE

La llegada del buen tiempo ha sido bastante parecida a lo de Pedro Sánchez. Llega por fin el anticiclón pero tras tantos altibajos uno no sabe muy bien a qué quedarse al mirar el armario. Y eso hizo con su cásting de ministrables. Quedarse con todo. Con tantos guiños ha batido algún récord de carteras. Parece que tenía aprendida la lección de su predecesor socialista, aquel Zapatero que acabó haciendo bueno a Pepiño Blanco, al ser el tuerto en ese país de ciegos con el que se fue quedando a medida que le abandonaban los pesos pesados.

La duda ahora es hasta dónde llegarán los cambios. Con un presupuesto atado y bien atado, y con un Parlamento imposible, no son pocos los analistas que auguran que puede volverse a hacer real que el PSOE es rojo en la oposición y responsable en el Gobierno. Es evidente que la cuenta electoral lo marca todo y llegarán los gestos con las fosas y el concordato. Pero hilando fino, porque este PSOE de los 84 diputados necesita abrirse espacio hacia los dos lados y el equilibrio —bien evidente en los ministros— es complicado.

León deberá dar por buena en la cuota ministrable la ‘defensa’ de una que cuando tocó poder hace casi 30 años respondió con un «me siento más catalana que leonesa», al convertirse en mano derecha de Belloch. Habrá que felicitarse con que asuntos como San Marcos, el AVE, los regadíos o la integración del tren estén ya amarrados en forma de obras en marcha. El pasado evidencia que si falta peso en Madrid llegan decisiones como el trazado de la A-6 o el tren veloz gallego en las que se ignoró a León. Eso sí marca el futuro y de qué manera. Ahora, en el corredor mediterráneo se frotan las manos con un valenciano en Fomento.

La virtud innegable a Zapatero es que fue capaz de idear dos proyectos ilusionantes, uno a cada lado del Manzanal: Inteco y Ciuden. Pero ambos precisan un reimpulso. Y el segundo no debe esperar que vuelvan los ‘chollos’ a los de siempre en forma de promociones al turismo??? Ni que se insista en el carbón limpio, porque los fósiles son cada vez más eso, fósiles. Pero sí cabe imaginación para que sea una Ciudad de la Energía, pero de la nueva. Y para todo León será fundamental un proyecto nuevo. El que sea...

Fue Rubalcaba quien ideó, en el primer envite de Sánchez, el término «gobierno Frankenstein». Hay quien lo vio al votar la moción pero quizá también vale para el gabinete conocido ayer. El problema es que cuando el presidente se despierte mañana en La Moncloa el dinosaurio —Cataluña, déficit, pensiones, ETA...— seguirá ahí...