Pedro por su casa
N os hemos visto en otras circunstancias que no eran exactamente las de ahora y hemos salido adelante a fuerza de retroceder. La tardía dimisión de Mariano Rajoy, entre lágrimas y suspiros, obliga al Partido Popular a elegir su sucesor y todos los focos alumbran a Alberto Núñez Feijóo, mientras Nadia Calviño deja la Comisión Europea para hacerse cargo de la cartera de Economía.
La única novedad, entre tantas cosas nuevas, es que se trata del Gobierno con más mujeres situadas en los puestos clave. Se sentarán en la mesa, pero no encima de ella, más mujeres que nunca y por lo tanto menos hombres.
Quienes las han contado, dicen que son once. Pedro Sánchez ha ganado limpiamente, pero la casa común está por barrer.
El expresidente del Gobierno gallego ha puesto en manos del partido la elección de su sucesor, pero esas manos están bastante sucias y al parecer no encontramos el detergente que las limpie. Hay que desearle a Pedro Sánchez toda la suerte del mundo, pero sin quitársela a otros.
Tras lanzar un mensaje contra el independentismo, el que parte como favorito para ganar el Congreso de los populares de julio es Alberto Núñez Feijóo.
El Gobierno de Sánchez ha abierto una ventana que ojalá que no utilicen otros para arrojar el vacío a los que no piensan como ellos, en los ratos que se dedican a pensar, que dicen que es hablar con uno mismo y a veces llevarse la contraria.
El sentimiento de orfandad se ha extendido, pero hay muy pocos que nos acompañen en el sentimiento. Pedro Sánchez ha sido valiente, pero necesita a los pusilánimes.
Hay que pasar página, pero no sin haberla leído con detenimiento. Rajoy no le va a imponer esa tarea a su sucesor, que bastante trabajo tiene con agarrarse a la silla.
De momento, la casa de Pedro Sánchez es la nuestra y no hemos podido elegir el mobiliario, pero hay que tomar asiento.