Diario de León

TRIBUNA

El suicidio: cuando la razón se somete a la emoción

Publicado por
JOSÉ LUIS SANTOS CELA DOCTOR EN PSICOLOGÍA
León

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E n sendos artículos publicados en esta sección en diciembre de 2017 (El suicidio como culminación de una conducta y Prevención de la conducta suicida ) traté de describir de forma rigurosa, aunque adaptado al formato de un texto de opinión, los aspectos más relevantes de este fantasma que a veces se hace realidad, que es el suicidio, así como los mecanismos y estrategias que se han desarrollado a través de guías de autoayuda y otros medios para prevenir, con el fin de evitar, que la conducta suicida se materializase en tragedia. Sin embargo, como indicaba, la prevención, que a priori podía verse como una solución válida para afrontar esta dramática situación, se encontraba limitada por la variabilidad de factores que condicionaban su efectividad en el individuo, entre los que citaba: la edad, la cultura, las condiciones socioambientales…

Hoy, retomando esta conducta como núcleo de reflexión, profundizaré en los procesos cognitivos y afectivos que intervienen en su proceso de elaboración y materialización, analizando las enormes dificultades que hay que superar para evitar que la conducta suicida instalada en la mente se materialice en suicidio. Para adentrarme en este terreno, me apoyo en la distinción entre motivaciones y razonamientos propicios expuesta por el psicólogo estadounidense Jonathan Haidt en la metáfora del elefante y del jinete. Para este investigador, «la mente consciente es una especie de jinete montado a horcajadas sobre un poderoso elefante, el subconsciente». Haidt, en el desarrollo de esta analogía se pregunta: ¿por qué la gente sigue haciendo estupideces?, ¿por qué no se controlan y, por tanto, dejan de hacer lo que saben que es perjudicial para ellos?

Si nos resituamos en el tema que nos ocupa nos preguntaríamos, ¿por qué la gente sigue suicidándose?, ¿por qué no se controlan …?

Siguiendo el curso de la analogía, dice Haidt: «… Puedo tomar la decisión de levantarme a las seis de la mañana para escribir pero, tras haber apagado la alarma, las repetidas órdenes que me doy a mí mismo para levantarme de la cama no surten efecto…». Haidt, tras analizar sus comportamientos en la anterior y en otras situaciones que describe, considera que había sentimientos de culpa, de codicia o de miedo que se imponían a sus razonamientos, llegando a la conclusión de que las teorías actuales sobre elección racional y procesamiento de la información no explican satisfactoriamente la debilidad de la voluntad.

Sorprendido por su debilidad dice: «la imagen que me hice de mí mismo, fue la de un jinete a espaldas de un elefante, un jinete que lleva en la manos las riendas, y al tirar de ellas de una manera o de otra puede decirle al elefante que tuerza, que se pare o que ande; un jinete que puede dirigir las cosas, pero siempre y cuando el elefante no tenga voluntad propia. Si el elefante quiere hacer algo, el jinete no puede hacer nada para evitar que lo haga». Y sigue diciendo: «el jinete puede creer que tiene el control, pero a menudo el elefante tiene sus propias ideas, sobre todo en lo que se refiere a gustos y moralidad».

Lo que viene a decir la metáfora, siguiendo a Haidt, es que la mente está dividida, igual que lo está el bloque jinete-elefante, y que la labor del jinete es servir al elefante. El jinete representaría la razón consciente, la corriente de palabras e imágenes que recorren el escenario de nuestra percepción consciente, que equivaldría al 1% de los procesos mentales, mientras que el otro 99% correspondería a los procesos que ocurren fuera de la consciencia, siendo estos los que rigen, por tanto, la mayor parte de nuestros comportamientos.

En base a esta teoría, la capacidad que puede tener el ser humano, individualmente, para enfrentarse a una idea sustentada por el subconsciente, cual puede ser la idea suicida, diríamos que está ante un reto de muy difícil consecución.

Quisiera concluir esta reflexión con un enfoque positivo, un rayo de luz, donde el jinete, usando adecuadas estrategias sea capaz de gobernar a ese elefante y conseguir que la consciencia dirija a la subconsciencia, ¿cómo? Siguiendo el enfoque de Jonathan Haidt, al que me he venido refiriendo, y trasladando sus consejos al tema que nos ocupa, podríamos, potencialmente, evitar que las ideas suicidas se transformen en suicidios, si admitimos que el elefante (el subconsciente) es mucho más poderoso que el jinete (la mente consciente), pero que aquel no es un dictador con poderes absolutos, sino que bien dirigido puede atender al jinete. Esto se consigue cuando el sujeto con ideas suicidas no queda aislado en su bucle, sino que interactúa con las personas adecuadas. La persona sumida en estas ideas no encuentra justificación para refutarlas, siendo otras personas quienes tienen esa posibilidad, siempre que su actuación sea en positivo, ya que la actuación hostil operaría en sentido opuesto.

Se ha comprobado que la probabilidad de que el sujeto con ideas suicidas acepte los consejos de otra persona, aumenta significativamente si provienen de alguien que forma parte de su círculo socio-afectivo, alguien en quien, realmente, el sujeto abrumado por sus ideas confíe y donde las palabras del amigo lleguen no solo a la consciencia del sujeto que sufre, sino a su subconsciente, intentando de esta forma, que su elefante se deje dirigir por el jinete amigo.

Si hay afecto, admiración o deseo para ayudar al otro, entonces el elefante se inclina y el jinete trata de hallar la verdad que está en los argumentos del otro. Espero, que esta reflexión facilite a cada persona que sufra ideas suicidas a encontrar a ese amigo que le comprenda y pueda ayudarle a tomar las riendas que rigen su subconsciente.

En un nuevo artículo se abordará la posible prevención del suicidio desde la teoría dual de la inteligencia, integrada por la inteligencia generadora (nivel no consciente) y la inteligencia ejecutiva (nivel consciente), siendo a través de la educación como se podría ayudar a estructurar el nivel no consciente, lo que supondría actuar en esa zona donde se originan esas ideas que inducen al suicidio.

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