Lo que me gusta del fútbol

La verdad es que yo del mundial no sé nada. Mi ignorancia sobre el fútbol es total, tanto como mi desinterés por la materia. Me aburre hasta límites insospechados. No sé en qué posición está España ni si va primera de su grupo o última y no me sale el nombre de ningún jugador. Y no, tampoco he visto ningún partido. Sólo me sé el nombre del seleccionador porque, paradójicamente, fue uno de los ídolos de mi juventud.

A mi el fútbol no me gusta. Los partidos no despiertan mi interés. Sin embargo, esta semana una noticia sobre el mundial ha captado mi atención y hasta la he leído. «Los aficionados de Japón y Senegal limpian las gradas tras sus partidos», decía el titular. Ostrás, menudo gol que nos han metido. Por toda la escuadra.

Cosas como estas, tan poco comunes, son las que me gustan del fútbol. Sobre todo porque me repugna lo que pasa a veces en los campos y en las gradas. Lo que no es fútbol. Esos padres que se convierten en noticia por insultar o pegar al árbitro del partido que juegan sus hijos. Los hinchas que se insultan y quedan para ponerse un ojo morado después de la contienda por el simple hecho de pertenecer a equipos diferentes, como si sólo lo suyo valiese. O los rifirrafes sobre independentismo que se trasladan al campo. A mí todo esto me gusta todavía menos que los partidos.

El caso es que la noticia sobre los japoneses y senegaleses es de las que ayudan al fútbol porque fuera del campo también se puede contribuir a fomentar los valores del deporte, esos que hablan de trabajar en equipo, de esforzarse y de servir en bandeja un gol a un compañero. Valores de hablan de generosidad y de compañerismo.

Limpiar las gradas requiere un esfuerzo, pero no tanto hacerlo sólo con tu asiento. Es un acto de educación, de la básica, y de paso se lo dejas limpio al que viene detrás. Qué buen rollo para que el que llega.

Por lo poco que se estila este comportamiento, el vídeo se ha hecho viral y me parece importante, más bien fundamental, por lo que transmite y por su vinculación a un deporte que engancha a niños y niñas de todas las edades. Démosles también a ellos una lección, pero ahora de las buenas.