cartas al director

¿Qué le ocurre a España?

T Tras visitar algún país europeo siempre me ocurre lo mismo, vuelvo con la sensación de que resulta preciso optimizar nuestra estructura social y política. Y es que España, por la que me preguntan, ya no es sólo conocida fuera de nuestras fronteras por la fiesta nacional, el flamenco o el sol, sino por otros problemas más acuciantes. Así, al estilo de las encuestas de opinión que resaltan los problemas más relevantes para la población, los extranjeros saben que nuestros principales escollos recaban en el vaivén territorial y nacionalista, la inestabilidad política y el desempleo –específicamente tras la formación universitaria-. Ninguno –salvo los ciudadanos de países en los que también existen inquietudes de colectivos independentistas- entienden cómo podemos llevar enredados más de cuatro mandatos —dos de Zapatero y dos de Rajoy— sin ser capaces de resolver de forma práctica y eficiente los problemas de calado. Y todos llegan a la misma conclusión, las ramas no nos están dejando ver el bosque. Es decir, estamos dedicando enormes esfuerzos a tratar de resolver de forma partidista cuestiones menores para el interés general, obviando el dedicar tiempo y trabajo a soluciones que nos hicieran medrar como un país moderno y democrático. En esto pensaba tras aterrizar en el aeropuerto Adolfo Suárez Madrid-Barajas y leer los titulares de la prensa nacional.

LUIS ALBERTO

RODRÍGUEZ ARROYO.

Santo Tomás de las Ollas