Excelente labor para esclarecer el atentado que sufrió la Cabrera

El incendio que padeció hace once meses la comarca leonesa fue el peor que cuantos se registraron en España en 2017. La tragedia fue mayúscula porque ahogó literalmente el presente y el futuro de la Cabrera, con unos efectos directos sobre los vecinos que intentan seguir en sus localidades sin recurrir a la emigración. Ahora llega la detención de un sospechoso. La investigación apunta que en el origen está un conflicto por la caza. De nuevo se asoman los intereses bastardos de quienes se creen en el derecho de apropiarse de lo que en realidad es de todos y la perversidad de los que optan por acabar con las cosas si no son como yo deseo.

La eficacia de la investigación, al poner ante el juez a un acusado se aventura fundamental en un caso como éste. Se hace cada vez más necesario el acabar con esa sensación de impunidad que demasiadas veces envuelve a los incendios forestales. La sociedad debe mostrar su agradecimiento hacia el Seprona de la Guardia Civil, los agentes medioambientales de la Junta, la Fiscalía y el Juzgado 1 de Astorga, porque el largo proceso de once meses ha dado frutos y un vecino de Madrid de 55 años, con vinculaciones familiares con la Cabrera, deberá responder ante la Justicia por las 9.820,66 hectáreas que fueron asoladas por el fuego.

La devastación que deja los incendios es demasiado grave. Se atenta contra los medios de vida de los pueblos, contra el medioambiente y también contra un bien fundamental para la sociedad, al que se le pone en cuestión su futuro con unos perjuicios, en forma de deforestación y erosión, que no son reparables tan fácilmente.