cartas al director
c Luis Alberto Rodríguez Arroyo escribe con el título «La ‘agenda cultural’ de Pedro Sánchez»: «Es obvio que nuestra sociedad evoluciona, y con ella nuestro lenguaje. Así, salvo excepciones, hay expresiones que se han dejado de utilizar por discriminatorias, o se han modificado para evitar malas interpretaciones.
En este mundo globalizado, donde todos debiéramos tener los mismos derechos y obligaciones, tendríamos que cuidar nuestras palabras, tratando de ser respetuosos e inclusivos, sin menoscabo de la realidad.
Quizá por ello hablamos de personas con tal o cual enfermedad en lugar de enfermos, o decimos consumo perjudicial de tal sustancia evitando sufijos que denoten de por sí adicción. De igual modo evitamos expresiones muy manidas que discriminan por raza, por religión, o por cualquier otra circunstancia. O nos dirigimos a iguales con expresiones mucho más afortunadas que las empleadas hasta la fecha.
Nada de lo anterior es un eufemismo, sino un modo evidente de convivencia que denota educación y respeto al prójimo.
Pero de ahí a denominar «agenda cultural» —como ha hecho Carmen Calvo— a una escapada nocturna de Pedro Sánchez y su esposa, en el avión presidencial para ver a su grupo favorito —The Killers— en el festival de Benicàssim no es respetuoso con los ciudadanos, y obvia la verdad.
Lo cierto es que el presidente del Gobierno debe acudir a los eventos privados con medios privados. Habría sido mucho más fácil aceptar el error, y tratar de no volver a cometerlo, en lugar de pensar durante días en cómo sortearlo»