Diario de León
Publicado por
aquí y ahora JULIA NAVARRO
León

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¿ A qué espera nuestro Gobierno para condenar la represión sangrienta de Daniel Ortega en Nicaragua? ¿A qué esperan los líderes socialistas para mostrarse indignados por lo que está sucediendo? ¿Y los dirigentes de Podemos? ¿Tampoco tienen nada que decir? ¿Cómo es posible que el Ayuntamiento de Madrid haya cedido un espacio público para un acto a favor del régimen de Daniel Ortega? Es cuanto menos decepcionante que la izquierda española mire hacia otro lado. No puedo dejar de preguntarme por ese silencio cómplice.

Ortega se ha convertido en un dictador. En él no queda ni rastro del sandinista que un día ayudo a derrocar a otro dictador, a Somoza. No hay nada que distinga a los dictadores salvo que unos se dicen de izquierdas y otros de derechas.

Lo cierto es que Ortega se ha convertido en una caricatura de lo que fue. Sus discursos vacíos, el nepotismo con el que gobierna junto a su mujer, y sobre todo la represión feroz contra todo aquel que disiente de él, le han convertido en un dictador terrible. A mí me escandaliza la falta de sensibilidad y la hipocresía de la izquierda española ante lo que esta pasando en Nicaragua y me escandaliza aún más que parte de esa izquierda considere que Ortega es de izquierdas y que el pueblo al que reprime y mata se merece ese castigo por alzarse contra él.

Lo que está sucediendo en Nicaragua es de manual. De manual de dictador. Ortega intentó impulsar una serie de lo que el calificaba de «reformas» con las que pretendía seguir esquilmando a los sufridos nicaragüenses. Comenzaron las movilizaciones de protesta y la represión ejercida por Daniel Ortega han dejado un balance más de trescientos cincuenta muertos. Repito: más de trescientos cincuenta muertos. La OEA (Organización de Estados Americanos) ha pedido a Ortega que adelante las elecciones. Muchos nicaragüenses se estarán preguntando por la falta de solidaridad de los españoles. Y nadie se moviliza. En realidad la izquierda española con su silencio está dejando a su suerte a miles de nicaragüenses que están sufriendo una represión brutal por parte de Daniel Ortega. ¿Por qué?

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