Día Internacional de la Juventud

E l 12 de agosto es el Día Internacional de la Juventud. Desde nuestra provincia debemos de analizar y, sobre todo, reflexionar sobre la situación actual de la Juventud de nuestra tierra. Cientos de jóvenes, hijos, hijas, amigos, amigas, compañeros o compañeras de estudios, de trabajo o incluso nosotros mismos hemos tenido que abandonar nuestros pueblos por la falta de oportunidades y cada vez se nos preguntamos menos cuando podremos volver a los mismos.

El hecho de que la mitad de las y los estudiantes de la Universidad de León al iniciar sus estudios se planteen buscar trabajo fuera de España debería causar en nuestra clase política una reacción inmediata para lograr revertir esta situación, aunque por mucho que esta cuestión sea evidente no se produce ningún cambio en la actual política económica y social.

Además, los últimos años se han caracterizado por el retroceso en derechos y libertades que se plasmaron en la Ley Mordaza o con la pérdida de oportunidades plasmadas en la Reforma Laboral. Afortunadamente, un día el sol brilló y el cambio llegó al Palacio de la Moncloa. Cambio que devolvió la decencia al Gobierno de España y que está, poco a poco, restituyendo los derechos que nos arrebataron a los más débiles. Un cambio que incluso tuvo repercusión en los medios internacionales elogiando la solidaridad que había tenido nuestro país con la llegada del Aquarius.

Esta corriente tiene continuar ahora con la colaboración de los agentes sociales, de la sociedad en su conjunto y, sobre todo, con todas las administraciones públicas implicadas, sean del color político que sean, para encontrar la manera de que la juventud recupere la ilusión por estudiar aquello que desee sin preocuparse por sus trabas económicas y saber que podrá encontrar un empleo en su tierra.

 Que cualquier chica pueda volver a su casa después de salir de fiesta con la misma tranquilidad que vuelve un chico.

 Que cualquier joven que vive en los pequeños municipios a lo ancho y largo de nuestra provincia sepa que tiene los mismos derechos y oportunidades que otro que vive en las grandes ciudades.

 En definitiva, esta sociedad no puede permitir que nuestra generación viva peor que la anterior y esto solo será posible con la implicación de todas las Administraciones trabajando de manera transversal para conseguirlo.