Elecciones autonómicas y defensa leonesa

P ara empezar el nuevo curso en el tema autonómico es bueno preguntarse ¿debemos estar preocupados los leoneses? En el camino andado de sinsabores identitarios y oneroso trato socioeconómico, en un ente autonómico hostil y además impuesto, se viene marcando un declive leonés que por cotidiano tendemos a dejar de percibirlo como amenaza, ni siquiera como vicisitud, cuando más lo hacemos como contratiempo, enmascarado lo pecuniario recurrente por la etapa de crisis económica, sin buscar al inductor o promotor político del centralista ente, y por supuesto la insidia que le mueve.

Esto es lo más grave, dejar de notar, o no querer ver, la actuación política autonómica del ente que nos viene obligando a soportar, y pasar por alto el comportamiento subliminal en principio, luego incisivo, hasta alcanzar el trastoque historicista castellanizador de quien se ha prestado a ello, un secuencial proceder en pos de la anulación de lo leonés.

¡Quieren un pueblo único por decreto político! Nunca han buscado un hermanamiento interprovincial de castellanos y de leoneses. Mi apreciación es que jamás se han planteado tal posibilidad. ¡Ancha y dominante es la facción castellana!

Por otra parte, los leoneses, estamos cayendo en el error de señalar como comportamiento u obligación leonesista, toda suerte de declaraciones o apreciaciones públicas en plan defensivo de lo leonés, aquí puede leerse lo culturalmente identitario leonés, sin pensar que el «ser leonés», contemplado de modo personal o colectivo, es condición más que suficiente para detectar y luego negarse a admitir el comportamiento del ente autonómico que nos ningunea como tales. Esto es, tomar actitud de pueblo. Para ello no hace falta ismo, que por supuesto es excelente, vale sentir verdadero compromiso defensivo de lo leonés. Ser y sentirse como tales. ¡Y vivirlo!

Hay movimiento sociocultural leonés, esto es innegable, lo mismo que, a su sonoridad cayendo en la condición de concertino, llega a faltarle empaste orquestal, a veces por un localismo que no se consigue proyectar en regionalismo, no llegando así en plenitud de conciencia al pueblo; esto puede que los medios no ayuden a corregirlo.

La Junta autonómica, políticos y parapolíticos a sueldo y órdenes, sabe bien aprovechar la actividad de alguna de estas asociaciones culturales como halago a los leoneses, pero no es tal, es todo un estudiado manejo para dar sensación de participación, folclore y neocultura comunitarias inventadas, que forjan a golpe de subvención. No caigamos en la trampa de ver buena voluntad autonómica, cuando la realidad es estudiada absorción.

Es fácilmente objetivable que los leoneses estamos sumidos en insólita dejación de personalidad; nuestra respuesta como pueblo, Pueblo Leonés, en relación a lo antedicho corre en paralelo con la tolerancia al trato educativo emocional de los niños leoneses; un absurdo dejar pasar, que llevará a los nuevos ciudadanos a ser cultural e identitariamente lo que a los dirigentes autonomistas convenga, si no ponemos remedio.

Resulta, cuando menos preocupante, la estimación de voto autonómico, con la que nos obsequiaron días atrás. No sé de quién o quiénes partió la orden. Sinceramente me preocupó la amenaza de pérdida de la procuradoría que ostenta UPL.

Votando en clave ideológica a PP o PSOE (arriba o abajo) a Ciudadanos y Podemos (tanto monta), olvidando nosotros el voto sentimental identitario en defensa de lo propio leonés, pues el cuarteto partidista no lo lleva en la partitura, habremos de hablar de haraquiri leonés.

Una ilusionante iniciativa. El Grupo «León Constituyente», desde su fundación en defensa de la identidad leonesa, y del que llamamos Pueblo Leonés, para que éste sea documentalmente recogido en las instituciones leonesas: ayuntamientos, diputaciones, ¡con claridad en la autonomía! y finalmente asentado nominalmente y de facto en la Constitución, viene dando pasos importantes. En la última están recabando firmas entre cargos electos leoneses, asépticamente, sin ideologías, presididas por el sentimiento de ser leoneses, a fin de fortalecer documentalmente «las peticiones de inclusión explícita del pueblo leonés como entidad diferenciada en la Constitución Española».

La modificación constitucional, que no ha de tardar en llegar tal como todo apunta, hablará de recoger todas las identidades. La nuestra, la leonesa, por historia y justicia social triprovincial compartida, tiene ante esta posibilidad su gran momento. De ahí que pida a los conciudadanos, que, por las razones que expuse, sea la Identidad Leonesa tenida en cuenta en toda su amplitud triprovincial, y estemos dispuestos a jugar dos grandes bazas, primero la de los comicios autonómicos, y luego la constitucional.