Diario de León

LA GALERNA

Un futuro imprevisible

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León

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Nos gusta tenerlo todo claro, necesitamos controlar buena parte de lo que acontece, buscamos como locos las riendas de lo que ocurre a nuestro alrededor. No digo todos, pero sí la mayoría. Alzamos la voz cuando queremos imponer nuestro criterio, como si fuese el único válido y damos por hecho que lo que está fuera de nuestro control no es de nuestra competencia o, simplemente, no nos importa.

Pero quién sabe lo que está por llegar. La vida es un continuo despejar de incógnitas y la actualidad nos lo deja claro cada día. No podemos controlarlo. El futuro de Cataluña es incierto. Nadie —ni siquiera los propios protagonistas— saben cómo acabará el órdago catalán, cada vez más enquistado y que ya ha llegado a tal punto que hace tiempo que aburre a las ovejas. Y lo que nos queda, porque esto ya no va sólo para largo, sino que tiene síntomas severos de convertirse en una nueva entrega de La historia interminable o en un nuevo capítulo de Santa Bárbara. Agotador.

Aquí, cada uno va a lo suyo. Y si no que se lo digan a defensores y detractores del traslado de los restos de Franco, que menudo trajín con tanto vaivén. Aquí también se ha subido el tono y las posturas se han enconado de tal manera que lo que se podría haber sido un trámite discreto se ha convertido en un debate nacional en el que todo el mundo quiere tener razón.

Quién sabe lo que les espera a todos esos inmigrantes que, con niños en brazos, tratan de cruzar la frontera jugándose la vida, o lo que pasará con el juez Llarena y la alocada demanda de Puigdemont, ni cuál será el futuro de los saqueados venezolanos. Y como éstos, otros casos como la operación Tándem que abandera el excomisario Villarejo o las alocadas salidas de tono de Donald Trump. También está por ver si algún político volverá a sacarse un máster de la manga, de esos que no cuestan nada ni pagar ni aprobar.

Y, mientras tanto, pasa lo de siempre, que todos queremos llevar la voz cantante, hacernos con las riendas, convencidos de que nuestros argumentos son más válidos que los del resto. Y, si no, que se lo digan a Conchi, la viuda negra de Alicante, que se empeña en hacer creer que es inválida y que su amante es su padre. La pobre.

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