cartas al director

Democracia al revés

D esde hace años —y más ahora con el Gobierno de Sánchez— es factible pasear por las calles de nuestro país —con orgullo y cierto ánimo falso progresista y/o provocador— la ideología de izquierda. Es decir, que te identifiquen como militante o simpatizante de tal rama política, es motivo de orgullo —como no debe ser de otro modo— para el sujeto —o «sujeta»— identificado al efecto.

Nada me extrañaría si otras personas tuvieran la misma libertad para pasear por las mismas calles, siendo identificados de cualquier otra tendencia del espectro político sin ser señalados por ello. Pero no es el caso. La equidistancia propuesta estaría cercana a la democracia real, pero la realidad de nuestros pueblos y ciudades es otra bien distinta. Así uno puede pasear disfrazado de abertzale o independentista sin que nadie le incomode y sintiéndose partícipe del ansiado progreso, y otros deben evitar mostrar en público cierta querencia a su bandera o idioma, por si a la mínima son tachados de «constitucionalistas». Los primeros —curiosamente— se sienten tolerantes y con su actitud sólo se deshacen del halo de humo que les oprime, y de los segundos —también curiosamente— incluso podría llegar a dudarse de si están en lo cierto.

Es la democracia al revés, donde la libertad por la que lucharon nuestros abuelos ahora es sonrojante, está socialmente prohibida, o políticamente obligada. Quizá por todo lo anterior ocupar espacios públicos con símbolos amarillos es libertad de expresión, y retirarlos les da derecho a identificarte policialmente.

LUIS ALBERTO RODRÍGUEZ ARROYO

La Tierra,

patrimonio común

L a Tierra debería ser un lugar libre y pacífico donde celebrar la vida compartiendo los recursos que nos brinda. Un lugar sin fronteras para poder moverse como lo hacen las aves del cielo sin identidad ni papeles y anidando allí donde les resulta más propicio.

Los recursos de la Madre Tierra son patrimonio de todos los seres vivos y debieran pertenecer a quienes en ella vienen a la vida. Sin embargo, unos lo tienen todo y otros nada tienen. Insolidaridad, abuso del poder, violencia y leyes injustas conforman un mundo muy peligroso para todos, pero, sobre todo, para los más vulnerables.

Los humanos somos una rareza de la naturaleza cuya inteligencia debiera servirnos para tomar conciencia de nuestra frágil condición y, por tanto, facilitar el hermanamiento, la convivencia, el compromiso y el respeto por el otro. Pero esa inteligencia queda cuestionada cuando no practicamos la equidad, la solidaridad y la empatía, virtudes esenciales tanto para la cohesión y fortaleza social como para la evolución.

PEDRO SERRANO

Ponferrada:

urbanismo de baja

E xcelentísima alcaldesa, quiero expresarle mi disconformidad con la anulación del proceso selectivo para cubrir la plaza de interinidad de arquitecta municipal del Ayuntamiento que usted encabeza. Yo era una de las aspirantes y a la espera de la notificación por escrito, que entiendo deberá proporcionarme información detallada, se escapa a mi capacidad que con apenas 24 horas de adelanto se pueda anular una convocatoria que por otro lado debería venir precedida no ya de la indudable necesidad, sino de una profunda y seria reflexión. La ciudadanía exige transparencia, pero también necesitamos confiar en las instituciones. El proceso ya no cumplió con los plazos de la resolución de 4 de mayo de 2018 y nos dieron apenas 20 días para preparar con fecha a la vista un examen que todos entendemos debe ser difícil, acorde con la materia. Ahora bien, actuar pendiente de la entrega de un parte de alta no me parece nada serio. Siendo uno de los objetivos del urbanismo mejorar la calidad de vida de los ciudadanos, le animo a que intente que en el municipio que usted gobierna se cumpla con esta premisa y se trabaje para sacar adelante las licencias solicitando tantos funcionarios como necesiten.

NATALIA ALBA POTES