Diario de León

TRIBUNA

Los conductores de León, cero patatero

Publicado por
josé maría prieto serra EXPERTO EN MÁRKETING Y COMUNICACIÓN
León

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A lguna atracción debe tener la velocidad y algún atractivo ir contra las normas establecidas. Todo ello, y dicho con toda humildad, afecta en gran medida más a los jóvenes que a los menos jóvenes. Lógico, por otra parte.

Traigo este tema a colación después de que este periódico ha publicado hace unos días que los leoneses han perdido más de 27.000 puntos como consecuencia de las 7.800 multas impuestas en lo que va de este 2018. Deberían impresionar estas cifras pero me temo que las leemos, lo sentimos, hacemos, quizá propósito de enmienda y cuando estamos al volante, la misma canción.

Las demasiadas vidas perdidas en accidentes de tráfico y las gravísimas lesiones, en ocasiones para toda la vida, hacen que la sociedad se preocupe cada vez más de lo que conlleva alrededor, ponerse con las manos a un volante. Pero no se reacciona como se debiera.

¿Hay campañas preventivas para que usemos el cinturón de seguridad, para que respetemos la velocidad, para que no hablemos por teléfono, mientras conducimos, etc, etc.? Sencillamente, sí.

¿Hacemos caso de esas campañas observando lo que nos recomiendan? Rotundamente, no.

Es decir, aceptamos las reglas del juego pero nos las saltamos tranquilamente. Eso sí, nos quejamos de las multas y de la pérdida de puntos que las infracciones, nos suponen. Esta situación me recuerda mucho cuando un vigilante de la playa, nos advierte de la prohibición de bañarnos con bandera roja y les ignoramos, al vigilante y a la bandera, porque nosotros sabemos mucho más.

Pensar en el parque de automóviles que existe en España, y en la formación de nuestros conductores, estremece por lo que puede suponer de infracciones a cometer. No debe ser tarea fácil dirigir la DGT. Se conocen las soluciones a los problemas pero no se observan por los usuarios del automóvil.

El tema es grave, de verdad, y ya se están tomando medidas para que los niños desde temprana edad se familiaricen en las clases con lo que les va a suponer en un futuro no lejano, ponerse al volante de un coche.

La juventud ama y practica la velocidad. El gran problema es que esa práctica va acompañada del consumo de alcohol o drogas, o ambas sustancias a la vez, como hemos conocido recientemente y eso, se acepte o no, es garantía de accidente grave, cuando no de pérdida de la vida.

La atención que se dedique a la seguridad vial, siempre será pequeña comparada con el daño que podemos tener si no la conocemos bien. Estamos viviendo en un momento donde el progreso ha puesto en nuestras manos ayudas impensable hace unos años. El automóvil puede ser una ayuda enorme para nuestra vida o una bomba que nos puede estallar en las manos. Depende solo de nosotros que sea una cosa u otra.

Estremece visitar el Centro de parapléjicos de Toledo. Chicos y chicas en plena juventud, con toda la vida por delante, con proyectos llenos de ilusión, y están practicando una nueva vida llena de problemas y sobre todo, carente de lo que no damos importancia, salvo que nos falte; la salud.

Su lucha para una recuperación que siempre se ve lejana, es un ejemplo de querer vivir. Ellos, son conscientes del error cometido cuando sufrieron sus accidentes y, en algunos casos, se brindan a aconsejar a los que están manejando coches.

Ahora que se nos ha recordado a los leoneses y residentes en León lo que está pasando aquí, hagamos un esfuerzo de seguir las normas que continuamente nos avisan las autoridades y profesionales del sector. Soy de los convencidos que los propios agentes cuando nos ponen una multa, lo sienten enormemente pero su trabajo es salvaguardar la seguridad de todos los usuarios del automóvil. Y eso prima ante todo lo demás.

Vamos a pensar un poco en esta noticia de 27.000 puntos perdidos, de 7.800 multas y en 3.000 leoneses que son los afectados. Todo ello, en lo que va de este año. Explotemos más y mejor esa maravilla de la que podemos disfrutar, precisamente en León, y es de ciudad Gastronómica de 2018.

¿No es eso mejor que el exceso abusivo de la velocidad? Para mí, sí.

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