EDITORIAL | La liquidación de la Vasco en el peor momento para el carbón nacional
La administración concursal de la Hullera Vasco Leonesa vuelve a pedir ofertas para vender el cielo abierto de la minera, la Corta Pastora, la explotación señera de la empresa gordonesa que está valorada en más de 31 millones de euros —casi la cuarta parte de los 122 millones de euros del valor total que se le atribuyó a la empresa en el momento de su liquidación—. Es una de las pocas minas aún en activo en la provincia —actualmente está siendo explotada por Peal, subcontrata de la Vasco—, pero su futuro no es nada esperanzador dado el clima político y social que demoniza la generación eléctrica a partir de carbón. Si en el primer proceso de venta emprendido en 2016 la explotación tuvo algún ‘novio’, como el empresario minero Victorino Alonso, oferta que finalmente no fructificó, lo cierto es que las expectativas no parecen halagüeñas en este segundo intento, en el que no se ha fijado un precio mínimo para su venta. Además de la evidente depreciación de su valor por las circunstancias, el cielo abierto, que aún almacena cerca de seis millones de toneladas de carbón, lleva otra ‘mochila’ añadida y es la obligación de devolver por mandato de la Unión Europea los más de 6,7 millones de euros por las ayudas percibidas si continúa con la extracción de mineral a partir del próximo año. Sea como sea, se trata de una importante reserva de una fuente estratégica nacional de energía por la que deberían velar las administraciones.