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Publicado por
Matías González SOCIÓLOGO
León

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L a identidad de los pueblos se forja, en los momentos de crisis, en su capacidad para afrontar, unidos los problemas decisivos. Los leoneses nos acostumbramos, ya hace mucho, a que nos pisoteen pero es hora de mostrar al mundo que queremos ser fuertes otra vez y que no vamos a tolerar que nos avasallen. La amenaza de clausura de la fábrica de Vestas en Villadangos es una prueba de fuego para demostrar si realmente queremos ser una tierra con esperanza o solamente una provincia-geriátrico. Pero la prosperidad no se regala, se conquista con valentía y se defiende con determinación ante las amenazas.

Las empresas, es lógico, solo buscan el beneficio, y valorando la ecuación riesgo/rentabilidad deciden sus lugares de producción. Vestas se instaló en León porque le pareció la oferta mas ventajosa hace quince años. Y ahora se retira porque considera que en otros lugares del planeta los beneficios son mayores. Sus directivos verán si esos beneficios posibles les compensa de la inseguridad jurídica de esos paraísos laborales donde todo es barato pero la falta de democracia hace que puedan ser confiscadas sus pertenencias por un simple decreto del Gobierno local.

En esa balanza riesgos/beneficios los gobiernos juegan una baza importante al incentivar la creación de empresas con bonificaciones fiscales o subvenciones directas y su intervención, resulta casi siempre decisiva. Es lamentable que la alcaldía de Villadangos no forzara una permanencia más larga de la empresa al firmar los papeles de implantación hace quince años. Dirán que no tuvieron otra elección para asegurar su venida pero deberían explicarlos ellos mismos porque el público sospecha de maniobras ocultas.

Ahora el Gobierno de Madrid es el único que puede disponer del dinero necesario y de la presión suficiente para cambiar el criterio del consejo de Vestas. Pero al Gobierno de Madrid está muy lejos de León. Y si el pueblo de León no clama por sus derechos, en Madrid no velarán por nosotros.

Por eso es una responsabilidad histórica de cada leonés, sea del color que sea y de la ideología que quiera, salir a la calle el día 6, para que Madrid se entere de que estamos dispuestos a defender lo que nos pertenece. Que si el pueblo de Ávila consiguió la permanencia de Nissan en su tierra gracias a esa reacción decidida, el pueblo de León puede hacer lo mismo con Vestas. Solo el pueblo de León, miles de leoneses en la calle pueden conseguirlo.

Porque Vestas es una de la media docena de centros productivos que tenemos, su clausura es el inicio de la decadencia para el polígono de Villadangos, la inmigración de cientos de jóvenes en las comarcas del Órbigo y el Páramo y la capital, y sobre todo la evidencia de que los leoneses somos un pueblo cobarde, egoísta y por tanto nos ganamos a pulso el arruinamiento y despoblación de nuestra tierra.