El agravio viario para el Noroeste

España es el país con mayor número de kilómetros de vías de alta capacidad de Europa, aunque, al contrario que en países vecinos, sólo una pequeña parte están sometidos al pago por uso. Un porcentaje y un pago que no afectan de la misma manera a todos los usuarios. Los datos demuestran que el Noroeste de la península tiene en este reparto de vías de peaje y kilómetros sin liberalizar un nuevo frente de agravio, y una zancadilla más a su desarrollo.

La marcha atrás del Gobierno en su planteamiento inicial (cuando el PSOE estaba en la oposición) de incluir la autopista del Huerna entre aquellas que se rescatarían para eliminar el peaje en breve plazo tiene una nueva lectura cuando se analiza el coste que para los usuarios supone circular por la A-66. La León-Campomanes es la autopista más cara de Europa, y la León-Astorga la tercera más cara. Son las dos con un coste mayor para los conductores, y las dos más gravosas del país también.

Si no hay nuevo cambio de opinión en el Gobierno, la provincia tiene por delante algo más de 30 años en los que seguirá pagando por circular por 80 kilómetros de su trazado viario. Si tampoco se modifican los precios, lo hará por mucho más dinero que quienes circulan por otros territorios. Una situación discriminatoria y penalizadora difícil de justificar.

Si el Ejecutivo insiste en considerar ahora «inviable» la liberalización de los peajes que afectan a la provincia tiene al menos la obligación de buscar otras fórmulas para no castigar más a un territorio con serias dificultades. Peajes en la sombra, descuentos para residentes, tarifas planas,... Existen posibilidades. Lo que no puede consentirse es el agravio de tener las autopistas más caras. O los leoneses tendrán que añadir otra cruz en el calendario para seguir saliendo a la calle a defender su futuro.