TRIBUNA
El impuesto a la banca para financiar las pensiones
E l actual gobierno plantea entre sus propuestas estrella un impuesto a la banca, similar al aprobado en Inglaterra sobre los depósitos, cuya finalidad pretende ser soportar el déficit de las pensiones. La propuesta en el caso de España entraría en colisión con la capacidad legal impositiva, pues dos entidades financieras importantes se encuentran con domicilio fiscal en el país vasco, lo que obliga a buscar ideas imaginativas para el cobro de los tributos propuestos.
La actual ministra de trabajo declaraba recientemente sobre la confianza del gobierno en la solidaridad de la banca para con los pensionistas, son sus clientes y manifestó que la banca no repercutirá el nuevo impuesto para financiar las pensiones. Realmente se trata de un enorme sacrificio para la banca, aportar entre 1.000 y 2.000 millones más al erario todos los años, restando esta cantidad a sus beneficios, cuando parte de ésta también se vio obligada por el gobierno del Partido Popular a apoyar la constitución de la Sareb, el denominado Banco Malo, lo que les ha supuesto también asumir actualmente sus pérdidas.
Desde Arenci queremos criticar el error político referente a esta tasa, pues, aunque se habla de impuesto, en realidad se trata de una tasa a los depósitos, que lastrará el ahorro y penalizara más todavía el de por si paupérrimo interés de los depósitos. Si bien la banca no lo repercutirá a los clientes, con descontar ese porcentaje en los rendimientos de las cuentas conforme suban los tipos, se acabará trasladando dicho «impuesto» a los posibles beneficios en los rendimientos del ahorro del IRPF, lo que detraerá parte de esos ingresos fiscales reduciendo la recaudación prevista.
La propuesta es una demagogia contraproducente porque la sensatez en política no puede demonizar a una actividad, en este caso la bancaria, ni hacer impuestos Ad-hoc para un sector concreto.
No argumentamos que no se tenga que hacer algo en este sentidon, sino que no se puede hacer una política populista buscando un malo en este asunto, cuando no es el culpable. En todo caso se debería de haber atacado al poder legislativo y al consejo regulador y por ende el gobierno de turno. Pues la banca está obligada a cumplir la ley y en el caso de que no la cumpliese siempre serían las administraciones responsables de obligar a su cumplimiento. No es culpa de la Banca, que dentro del sistema económico actual intente obtener el máximo beneficio posible, sino de la legislación y reguladores que les permite que no pagar lo que les corresponde proporcionalmente a sus beneficios.
Debemos de diferenciar en este caso, lo que es una tasa de lo que es un impuesto. La tasa como por ejemplo la denominada Tasa Tobin, supone un peaje que se paga por realizar o participar en un negocio. Es antieconómica y no recauda lo que debe. Puede ser un avance impositivo en determinados casos. Permite un avance en aquellos supuestos en donde no existe ninguna imposición fiscal. En cambio, el impuesto, por ejemplo el IVA, supone la contribución a la sociedad de la parte alícuota del beneficio obtenido. Se recauda lo que le corresponde por el beneficio que se obtiene al participar y lucrarse con cualquier actividad en la sociedad y conforme a la constitución.
En el libro Manual de la Renta Básica, escrito por José M. Sánchez, Ramiro Pinto Xavier de Tusalle, se argumenta que los empresarios nunca pagan impuestos. Pues los impuestos siempre se repercuten en el precio. Es decir, sin actividad económica no habría sueldos ni gran parte del IRPF que también sale del precio y venta de los bienes y servicios. Pero quien paga siempre todos los impuestos es el consumidor final ya que todo se repercute en el precio. Si una empresa tuviera que pagar impuestos sin añadirlo al valor final del producto, debería de cerrar porque técnicamente no tendría beneficios. O la inflación sería monstruosa.
Dicho esto, quizás habría que preguntarse por qué la banca, que presta servicios y cobra comisiones por los servicios que presta, no tributa IVA, tanto por los servicios que presta en balance como las comisiones por gestión que cobran en fuera de balance, como el resto de empresas de servicios.
También habría que preguntarse porque los ciudadanos no pueden desgravarse las comisiones de mantenimiento de depósitos que les repercute la banca. Nos encontramos ante la banca más eficiente de Europa, dicen. Pero no se menciona que al igual que el ADSL y la luz, los ciudadanos españoles también pagan los créditos al consumo y los prestamos más caros que en la banca de Francia y Alemania. Los préstamos al consumo en España son un 60% más caros que en nuestro país vecino Francia.
Los beneficios y la eficiencia de la banca no se corresponden a la buena gestión, sino que salen de cobrar más caros los préstamos, aumentar las comisiones y por no contribuir fiscalmente por el beneficio, junto con las deducciones fiscales y fondos de comercio, porque pagan proporcionalmente menos impuestos respecto a los beneficios reales obtenidos.
Desde el estudio de la Renta Básica se puede entender más eficaz y equitativo que la industria financiera sea tratada como el resto de empresas. Un impuesto específico es más propagandístico que una solución. Es posible y necesario legislar para que los bancos contribuyan como el resto de empresas y conforme a la Constitución, para que el propio impuesto sea neutral a su actividad y se recaude lo suficiente para permitir financiar las pensiones y la Renta Básica. Aunque no seamos conscientes de que el IVA siempre grava parte del beneficio empresarial. No ver esto, que es elemental, es la causa del error, que cuanto más lógico (y propagandístico) peor.